La historia del Plan de Desarrollo Urbano de Los Cabos es una historia de éxitos y fracasos.
En 1979 Cabo San Lucas tenía 3 500 habitantes, para 1982 ya habían 11 926. En el año 2021 llegamos a 202 294 y creciendo.
Durante los años ochenta en Los Cabos, el boom del desarrollo turístico provocó las primeras oleadas masivas de inmigrantes que llegaban aquí principalmente a través del Ferry que hacía la ruta Cabo San Lucas-Puerto Vallarta y que venían ya sea a trabajar en la construcción o en la incipiente hotelería.
Desde esa época se comenzaba a ver lo que el auge turístico provocaría en Los Cabos. Y se planteaba la urgencia de contar con un Plan de Desarrollo Urbano, PDU, que pusiera orden al crecimiento de la ciudad.
En un trabajo de investigación elaborado por el maestro Jesús Bojorques Luke, titulado “Primeros intentos de planeación urbana en Cabo San Lucas, Baja California Sur, México. Un análisis histórico”, el catedrático de la UABCS, nos describe puntualmente los esfuerzos que en los ochenta se realizaban por parte de los gobiernos y el empresariado cabeño para poder manejar toda esta vorágine urbana y que ante la falta de vivienda que demandaban miles de trabajadores, las invasiones a predios ejidales y particulares se daban día a día. Tal como ocurre hoy.
Estamos hablando de un fenómeno que inició hace más de cuarenta años. El autor del análisis referido hace una conclusión que nos lleva a pensar que está hablando del presente y que dice:
“A pesar de la concreción de un primer esbozo de planeación urbana, el PDU de 1980 tan sólo fue un listado de buenas intenciones, de un futuro deseable. Los objetivos planteados en el documento, entre ellos el propósito de combatir la limitación del suelo para desarrollo urbano, fue rebasado por la realidad al darse en la práctica invasiones en tierras del ejido, con la intervención del Estado”
Actualmente contamos con un Plan de Desarrollo Urbano, el cual está en su tercera actualización, y al igual que el primer intento de ordenar este municipio en aquellos años, padece de las mismas fallas y limitaciones.
¿Por qué es esto así?
La razón es muy simple. El PDU se ha orientado principalmente a satisfacer las necesidades y reclamos de los desarrolladores turísticos e inmobiliarios. Estos han pugnado por contar con reglas claras y precisas para el buen desempeño de sus negocios. Cosa que es muy lógica, válida y natural. El único problema es que se han olvidado de que detrás de sus prósperos negocios existe una ciudad en caos absoluto que les brinda todas las facilidades para que puedan seguir realizando sus actividades económicas pero que amenaza incluso con asfixiar sus proyectos.
De acuerdo con datos de la Asociación de Hoteles de Los Cabos, hay 173 hoteles operando. Miles de personas trabajan en ellos. Pero, tal como ocurrió hace 40 años, para los hoteleros preocuparse por donde vivirán sus empleados no ha sido una prioridad, eso se lo han endosado a los gobiernos y ahí tienen ustedes los resultados.
Ahora que estamos entrando en la tercera actualización del PDU, resulta muy conveniente que logremos armonizar el crecimiento económico exitoso de este destino turístico con el enorme rezago social provocado principalmente por la falta de reserva territorial para el crecimiento ordenado de la ciudad.
Es tiempo de conciliar intereses para lograr que toda la comunidad disfrute de las bondades de la prosperidad turística, así como mantener los atractivos naturales que atraen a nuestros visitantes y residentes temporales o permanentes.
Por ello todas las voces de la sociedad deben de ser escuchadas. Y no pretender aprobar un nuevo PDU al vapor, cuando faltan tantas cosas que discutir.
No repitamos los mismos errores de hace cuarenta años.