“Extraño como eran Los Cabos hace treinta años”.
Esta es una expresión muy común entre la gente que es originaria de estas tropicales tierras y de muchos que llegaron a ellas a finales del siglo pasado.
La nostalgia invade los corazones de los antiguos pobladores de Los Cabos al ver como paulatinamente el crecimiento urbano va devorando los alrededores de la ciudad. Y con ello se van perdiendo la tranquilidad, la seguridad y un estilo de vida sencillo y pueblerino como el que se tenía en el pasado
Nuestro destino turístico sigue atrayendo a una gran cantidad de visitantes que cada año vienen en busca de un merecido descanso, buena comida, sol, arena y mar, en un lugar que ofrece un clima envidiable, además de muchas otras atracciones como la pesca deportiva, el golf y algunos hasta se aventuran a disfrutar de la vida nocturna con sexo, drogas y rock and roll, como dijera la canción setentera.
Tenemos ya en tierras cabeñas 86 hoteles con 17 500 cuartos y para este 2022 se construirán cuando menos otros 2 hoteles más que sumarian 368 cuartos, según datos proporcionados por la Asociación de Hoteles de Los Cabos.
Esto significa que tendremos más turistas y con ellos vendrán aparejados nuevos retos para poderles ofrecer una estancia placentera y segura. Cosa que se ve por demás complicada, porque seguimos arrastrando un importante rezago en materia de suministro de agua, vialidades suficientes y falta de tierra para el crecimiento ordenado de la ciudad.
La economía de nuestra comunidad, tal vez la más pujante del país, nos vuelve a poner de frente a la otra realidad; la de una población que padece de enormes carencias. Tenemos uno de los destinos más caros y exclusivos a nivel del frente de playa, pero una ciudad rebasada, caótica y que cada día se vuelve menos funcional.
Baste con ver el caos vial que padecemos en las horas pico. Es impresionante la cantidad de vehículos de todos tipos que abarrotan nuestras calles y avenidas y congestionan la circulación vial.
El crecimiento de la ciudad traerá más problemas para los habitantes cabeños y puede encerrar un peligro para el propio destino turístico si estos problemas no se resuelven bien y pronto, pues una ciudad colapsada no es precisamente un atractivo para el turismo.
Y definitivamente no es algo que quede en el ámbito de las autoridades solamente. Se requiere el concurso de todos los actores profesionales y económicos para diseñar las estrategias y los proyectos que a largo plazo sean una verdadera solución a la problemática urbana y no meras respuestas de urgencia.
Cada cuarto nuevo de hotel que se construye requiere en promedio la asistencia de 4 personas, mismas que van a necesitar tener donde vivir, así mismo requerirán de servicios médicos, escuelas para sus hijos y todos los servicios que reclama una población que crece en promedio a un 8.2 % anual.
La población en este municipio hasta el 2021 era de 351 111 habitantes, mientras que la de La Paz tenía 292 241. Y sigue llegando más gente a nuestra comunidad a vivir y trabajar. (fuente, SETUES)
Ahora que estamos saliendo de los estragos provocados por la pandemia del COVID-19, es más apremiante que nunca convocar a autoridades y organismos empresariales a invertir en buscar las soluciones que deben de acompañar este crecimiento.
No podemos ser un destino lujoso con una ciudad deplorable.
Si hay diferencia, yo digo hace 40 anos, cuando era casi una villa de pescadores…con lobre acceso a los muelles….ahora, los Cabenos nativos….ya no tienen acceso a los muellas, en su tierra natal….tienes cerraduras con combinaciones electronicas, solo para gringos ricos, clubs de Yates…..vida y servicios, para los privilegiados…hace 7 decadas, Tijuana era la Cantina de los Gringos, hace mas decadas, Cuba era la cantina y prostubulo de los Gringos, ahora Cabo, es Cantina y destino de gringos ricos, borrachos.