He escrito muchísimo sobre Cachanía.

Una necesaria aclaración

El viernes por la noche estaba viendo la televisión cuando mi esposa me interrumpió para decirme que por Facebook habían pasado una reseña de mi autoría. Se trataba de una magnífica crónica sobre los tiempos viejos de Santa Rosalía. Entré a mi face y muy luego encontré dicho trabajo.

Y dejé rápidamente de mirar la tele ya que mi señora me dijo: “Rubén Muñoz es el que se encargó de la publicación y ahorita lo están pasado” Y dejé de mirar rápidamente la tele ya que me sorprendí y me intrigó que fuera el alcalde el que me otorgara algún mérito ya que para las autoridades tengo “bola negra” aunque a decir verdad hace mucho tiempo que dejé de hostigar a las autoridades con mis intervenciones en mítines, marchas y plantones a pesar de que Muñoz Álvarez dijo al inicio de su mandato: “con el pueblo todo, contra el pueblo nada” y ya subió todos los impuestos. Desde hace muchos años que con mis colaboraciones sigo denunciando las injusticias, la antidemocracia y la corrupción. Pocas veces me he referido a los “morenos”. Hoy tendría mucho material para denunciar sus tropelías. Desde que entraron a la diputación olvidaron la lucha por el pueblo y le han dado la espalda al credo del ejecutivo nacional de: “no mentir, no robar y no traicionar”.

Desde el inicio del face me di cuenta que no era mío lo que se había pasado. Y el error consiste en que se etiqueta: “del profesor Jesús Bobby García Manríquez”.

No, no es mía la magnífica intervención; es del compañero Pepe Peralta Montoya, cachanía de pura cepa y profesional reconocido en la Universidad de Sonora (UNISON)

Desenreda la piola de su pensamiento y en magnífica narrativa y oratoria se refiere a pasajes de los setenta en los que revive en la memoria a personajes emblemáticos como María la Larga, Cañedo, Panela, la Güerona, el pulido, Chicho Marro.

He escrito y publicado muchísimo de mi pueblo –y por eso tal vez el error de Rubén- donde he tocado mil temas en poesía, cuento, relato, novela y crónica.

La narrativa del compañero Pepe Peralta es magnífica; he dicho, por ejemplo: “el pitazo de la fundición, ronco y melancólico como ronroneo de gato siamés recorría todo el pueblo, cerros y cañadas. Era el tic tac para que todo mundo se preparara para la faena diaria; los obreros de fundición y talleres, los mineros, taxistas, burócratas, alumnos de la secundaria y de las escuelas primarias, ¡las amas de casa!

Y Pepe Peralta lo resume en una bella y contundente expresión: “soy de esa generación que aprendió el sentido del tiempo con el pitazo de la fundición”. Y remato con la expresión de Aristóteles: “El tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes”.

“Y qué decir del tiempo de Renato Leduc! Y de un servidor en un poema: “el tiempo es la distancia que hay entre un beso adolescente y la impúdica mordida entre lesbianas”.

Qué bueno que se dio esa confusión para entregar, al compañero Pepe, mi exalumno de prepa, mi reconocimiento por hacernos vibrar con esa narrativa e imágenes de nuestro querido terruño. Es un momento para ratificar nuestro sentido de pertenencia.

Mi correo: raudel_tartaro@hotmail.com

PASEMOS EL RUBICÓN: Aprovecho la ocasión para solicitarle –si está de acuerdo- la crónica anterior en la que habla de los fariseos y que los “demonios” de la Calle Diez en un instante eran fariseos, con máscara y todo, peleándose el derecho de ser “el diablito”. Y claro, al final las quemaban.

Me lo puede mandar por correo, -junto con: “soy de esta generación que aprendió el sentido del tiempo…”  Alea Jacta Est- 19-04-20- Miembro de ESAC

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