La cuenta de víctimas sigue aumentando.

¿Cuántas más?

Seis de la mañana, viernes 7 de febrero, el día comienza, la oscuridad es densa todavía a esa hora en el fraccionamiento de El Tezal, en Cabo San Lucas, Yesenia estudiante de 21 años, camina confiada a tomar el camión que la lleve a su escuela. En el trayecto en una oscura calle rodeada de lotes baldíos sufre una agresión brutal, es violada, y tundida a golpes. Sufre fracturas en ambos brazos, recibe golpes con una piedra en la cabeza que le provocan fractura de cráneo. La intención es asesinarla. El agresor se aleja y la deja abandonada. Por su propio pie, la joven llega a la caseta de seguridad de un fraccionamiento cercano y pide auxilio, se desvanece, y termina en el hospital, en terapia intensiva. Su condición es crítica. Por las heridas sufridas en la cabeza requiere ser operada. Su vida está comprometida,

Al momento de escribir estas líneas, la víctima continúa grave, pero estable. Ha recobrado el conocimiento, el pronóstico de su recuperación es reservado. Las autoridades policiacas están confiadas en que podrán atrapar al agresor.

Y mientras la estudiante, convalece en el hospital se suscita una nueva violación en Cabo San Lucas, María Jacqueline, de 24 años, madre de familia, es agredida sexualmente a plena luz del día, después de dejar a su pequeña hija en la escuela, en la Colonia Los Cangrejos. El ataque ocurrió este lunes 17 de febrero alrededor de las 8 de la mañana.

La cuenta de víctimas sigue aumentando.

La agresión que padecieron Yesenia y María Jaqueline se suma a muchas otras que han ocurrido en el pasado en este municipio.

Baja California Sur, de acuerdo con las estadísticas del Semáforo Delictivo, ocupa el segundo lugar en el país por casos de violación, estamos 24% por encima de la media nacional. El año pasado, de enero a mayo solamente, en Los Cabos, se registraron 43 denuncias de violación, ante la Procuraduría General de Justicia del Estado- PGJE- se estima que más del doble, no se denuncian.

Si queremos encontrar una explicación a este complejo fenómeno solo basta con ver el contexto general en Baja California Sur y en especial en Los Cabos.

Ha fracasado la autoridad en brindar seguridad a las mujeres que han sufrido alguna agresión sexual.

Los Cabos, concentra la mitad de los casos de violación del estado.

No existe una unidad especializada en crímenes sexuales, se carece de protocolos estrictos para identificar y registrar a los agresores sexuales, la actitud de las autoridades responsables de prevenir estos casos demuestra su incompetencia.

Tampoco se tiene la capacidad ni la voluntad, en las esferas gubernamentales para dar respuestas.

La falta de iluminación en una gran parte de la geografía municipal y la insuficiente presencia policiaca propician la proliferación de estos despreciables actos.

Para nuestras mujeres en México, el peligro de ser víctimas de violación y morir asesinadas es una realidad palpable, cotidiana. Nueve mujeres mueren violentamente cada día en nuestro país, según la ONU.

Desde el gobierno federal, hasta el último de los municipios, los procedimientos de prevención de los delitos sexuales y castigo hacia los feminicidas son insuficientes y poco profesionales. Se insiste en criminalizar a las mujeres por su vestimenta, conducta o actividad laboral, vaya, hasta por los horarios en que circulan por la vía pública.

Es urgente que se inicien programas para prevenir más crímenes que afrentan a nuestras mujeres.

¿Quién sigue en la lista de la fatalidad?

 Están en riesgo todas nuestras mujeres. Todas.

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