Siempre he sostenido que detrás de cada problema social que tiene esta ciudad, hay alguien ganando dinero. Llámense invasiones, agua potable, vendedores ambulantes, niños de la calle, transporte público de pasajeros, vaya hasta con la basura hacen un negociazo.
Y las cosas son así desde los tiempos en que las “izquierdas” se hicieron del poder y alegremente se han dado a la tarea de fomentar el caos urbano para lucrar con él.
Esto lo vemos claramente con el caso de las invasiones, promovidas alentadas y ejecutadas desde los tiempos en que Narciso Agúndez Montaño, las orquestó en las tierras del ejido de Cabo San Lucas, en el área conocida como El Caribe, y al predio de La Ballena, propiedad del ejido de San José del Cabo. Estas invasiones les produjeron además de miles de millones de pesos, votos suficientes para seguir ganando elecciones, puestos de elección popular y oscuros contratos de obra pública, ahora asignados por obra y gracia del espíritu santo y en contubernio con la presidencia municipal y la SEDATU, (gracias a Dios que la corrupción ya es cosa del pasado prianista.)
La construcción de vivienda de interés social está detenida en Los Cabos, desde hace años. No hay ninguna disposición de las autoridades municipales, empezando por Armida Castro, en otorgar facilidades para la inversión en vivienda social. Y esto es así por la sencilla razón de que al construirse este tipo de viviendas se terminaría con buena parte de las invasiones y eso provocaría que quienes realmente gobiernan este destino turístico, que son Leonel Cota Montaño y Narciso Agúndez Montaño, perdieran el control político que tienen sobre miles de personas necesitadas a quienes manipulan continuamente usándolos como acarreados a eventos políticos o comprándoles el voto.
El año pasado personalmente les pedí a Armida Castro y a Rigoberto Arce, que me dieran una audiencia para presentarles un proyecto para la construcción de 18 000 viviendas en Los Cabos, en esos días ya teníamos a los inversionistas listos para comprar la tierra e iniciar la construcción de 9000 casas en cada ciudad. San José del Cabo y Cabo San Lucas. Hasta la fecha, sigo esperando que me reciban, ¿y ustedes amigas, amigos, creen realmente que lo van a hacer? Claro que no. Ello implicaría, perder el poder político que tienen sobre más de 30 mil pobres viviendo en medio de la inmundicia, la inseguridad y la miseria, carne de cañón electoral.
Ahora que se rumora que Rigoberto Arce se perfila para ser el sucesor de Armida, no se si me deben dar ganas de llorar o de reír. Rigo, como le dicen sus cuates, es garantía de que las cosas habrán de seguir igual, acá en estas tierras pericues.
Mientras no nos quitemos de encima a estos dos personajes, Narciso y Leonel, junto con todos sus esbirros y secuaces, seguiremos padeciendo los efectos perniciosos de una ciudad caótica, insalubre y disfuncional, porque estos señores han encontrado la fórmula para obtener enormes beneficios gobernando mal.
Si de verdad la Cuarta Transformación pretende cambiar a este país, bien le vendría a los representantes de Andrés Manuel, en el estado, el profesor Víctor Castro Cosío y Daniel Torres Mendoza, integrar en sus planillas electorales a personas que dignifiquen este esfuerzo transformador. Estoy seguro de que encontrarían entre la ciudadanía a muchos buenos elementos capaces y honrados para llevar adelante este experimento y no cometer el error de reciclar a “cartuchos quemados” que solo les acarrearían un mayor desprestigio. Son tiempos electorales y todo puede pasar, Incluso que pierda Morena las elecciones en Los Cabos ¿Lo han pensado?