En una lucha a tres caídas, sin límite de tiempo, máscara contra cabellera.

Armida Castro vs. Ojeda Mestre

En una lucha a tres caídas, sin límite de tiempo, máscara contra cabellera, se enfrentan la alcaldesa de Los Cabos, Armida Castro, contra el “titular” del OOMSAPAS, Ramón Ojeda Mestre. Este singular duelo, es el corolario anunciado del pésimo desempeño del doctor en derecho, con maestrías diversas, dice él, y títulos nobiliarios que no le sirvieron para nada al momento de tener que resolver problemas que rebasaban su capacidad técnica, en caso de que la tuviera, y experiencia en el cargo, que demostró sobradamente que no le acompañaba. Como prueba están los nauseabundos derrames de aguas negras y las fugas de agua, multiplicadas por 2, desde que empezó esta administración.

Recordemos que el pasado 12 de marzo, por la mañana, se corrió como reguero de gasolina en ducto huachicoleado, el rumor del despido del titular de OOMSAPAS, y fue solo hasta, entrada la tarde que este fue confirmado oficialmente a través del boletín # 025 emitido por la Coordinación de comunicación social, del propio organismo del Agua Potable.

A partir de ese momento, otra oleada de rumores ha recorrido los pasillos de diferentes dependencias en torno a quien debe sustituir al controvertido, abogado. Nombres van y vienen, pero la verdad es que no se tiene certeza alguna de quien habrá de sucederle, en caso de que sea así.

En tanto, Ojeda Mestre, enfila sus baterías, para tratar de revertir el día de mañana, la decisión tomada por la alcaldesa, en la reunión de la Junta de Gobierno del organismo del agua potable, quien se presume debe decir la última palabra sobre este embarazoso asunto.

Como parte de su estrategia de defensa, el aludido, el día de hoy, jueves 21 de marzo, convocó a una conferencia de prensa para denunciar las irregularidades que se han cometido en el proceso de dejarlo fuera de la importante dependencia que no pudo, no supo, ni quiso manejar como Dios manda, ya que dicho mandato divino, recomienda que se actúe con humildad y no con soberbia, con paciencia y no con impertinencia, pidiendo consejo de quienes conocen más de los temas del agua, en lugar de pretender dar cátedra desde su pedestal de ignorante consumado en esta materia, para perjuicio de la población, los trabajadores de la dependencia y los desarrolladores de vivienda e inversionistas.

Hoy el Dr. Ojeda Mestre, se llama agraviado y busca la simpatía de la opinión pública situándose en posición de víctima inocente del despotismo y atropello gubernamental. Se levanta a exigir que se “respete la ley, no por él, sino por el bien mayor de la patria” y busca atraer esta corriente de opinión, para su beneficio propio. Que podría traducirse en una generosa compensación económica, como desagravio.

No voy a discutir si el despido de Ojeda se apega o no derecho, eso que lo decidan los abogados. Pero lo que es real, y que a los ciudadanos nos importa, es que la alcaldesa, Armida Castro, tomó la decisión correcta de despedir a este señor, ante el cúmulo de quejas y reclamos generalizados de la comunidad sobre su pobre desempeño.

Y a pesar de todo lo que se diga, hay que reconocer que Ojeda Mestre, logró unir a todos… pero en su contra.

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