Parece mentira, que hayan aparecido tantísimos aspirantes.

Cabo San Lucas. Un montón de candidatos al puesto de delegado

Parece mentira, que hayan aparecido tantísimos aspirantes a ocupar el puesto de delegado de Cabo San Lucas, nada más 12. Y los hay de todos colores tamaños y sexos. Pero de esta singular docena solo uno, o una, tendrá la suerte de comandar la delegación sanluqueña. ¿Y tanto aspirante de donde salió? Algunos ya son muy conocidos por estos rumbos, sea por su militancia en diversas fuerzas políticas o por sus actividades sociales. Otros, no tanto, pero hay quienes si creen que pueden lograr su propósito de ser los próximos elegidos para encabezar la importante tarea de coronar reinas de la belleza, inaugurar ampliaciones de banqueta y presidir los honores a la bandera los lunes temprano, en la plaza de la delegación, actividades estas, que son las mas relevantes a las que se destina un delegado municipal en este puerto, fuera de eso, tal funcionario no es otra cosa que una mera figura decorativa, privado de facultades para decidir algo que valga la pena. La inmensa mayoría de las decisiones importantes se toman en la cabecera municipal o en las oficinas que cada dependencia tiene en esta ciudad.

¿Y entonces por qué tanto interés por ocupar un cargo de tan poca relevancia? Pues a juzgar por lo que se ha visto, ciertos individuos de los que tuvieron la fortuna de desempeñarse como delegado de Cabo San Lucas, pudieron usar el puesto como trampolín para continuar sus carreras políticas como fue el caso, de Ernesto Ibarra Montoya, René Núñez Cosío y Arturo de la Rosa Escalante. Los dos últimos hasta se hicieron de la presidencia municipal de Los Cabos, con funestos resultados para la población. Fuera de su promoción personal ningún delegado hasta hoy puede presumir de haber logrado hacer alguna cosa digna de recordarse, por esta comunidad. Todos han estado marcados por la mediocridad y la intrascendencia. Para muestra de esto, basta voltear a ver los problemas urbanos que tenemos desde hace años. Problemas que en su momento cada uno tuvo oportunidad de atender y resolver y fue incapaz de hacerlo.

Lo triste de esta historia, es que el gris desempeño de los que fueron delegados, lo estamos pagando los ciudadanos con la falta de servicios públicos, drenaje, agua y seguridad, males que cada año se incrementan y que hacen que nuestra ciudad esté en los últimos lugares en términos de eficiencia urbana y calidad de vida.

Pero bueno, eso fue ayer, ahora nos toca ver la pasarela de candidatos que vienen a ofrecernos, otra vez, fórmulas milagrosas para acabar con tanto mal social, promesas de una vida mejor, soluciones maravillosas que harán de nuestra ciudad una sucursal de Disneylandia y otras tantas ofertas increíbles para que no perdamos la fe y la esperanza de que nuestros funcionarios públicos pueden acabar con todas nuestras calamidades. ¿Será posible tanta belleza? Yo lo dudo.

La problemática que padecemos en Cabo San Lucas es de tal complejidad que no se resuelve con poner a uno u otro personaje en la delegación municipal. A cualquiera que le encarguemos esa tarea inevitablemente va a fracasar. Por muy buenas intenciones que traiga el o la elegida y sin importar que tanta capacidad intelectual o preparación profesional tenga. Y esto es así porque adolecemos de un proyecto integral para la planeación de la ciudad que permita que crezca de forma ordenada y se evite que aparezcan problemas que después son muy difíciles de resolver y que además resultan por demás costosos.

Sobre estos temas deberíamos estas enfocados los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil, discutiendo como salir de tan tremendo embrollo. Lejos de eso, lo que tenemos en esta elección de delegado en San Lucas, es un duelo de vanidades y protagonismos sin sentido. Si acaso dos o tres de los candidatos tiene el suficiente perfil profesional para realizar un buen papel y las posibilidades reales de ganar, los demás, con todo respeto, nada mas andan en la bola viendo que consiguen, y eso lo saben perfectamente ellos. Tienen la esperanza de que les ofrezcan algo, ya sea dinero, trabajo o algún favor, a cambio de que declinen a última hora a favor del favorito. Están en venta al mejor postor y eso no le genera ningún beneficio a esta sociedad, al contrario.

Necesitamos crear más tejido social, generar más participación ciudadana en torno a resolver por nosotros mismos los problemas, sin estar esperanzados a que las nuevas autoridades municipales lo hagan, eso no va a pasar. La mayor parte de las cosas que están mal aquí las puede corregir la misma sociedad, los desarrolladores de vivienda, los hoteleros, las amas de casa, los automovilistas, cada uno de nosotros puede aportar algo para hacer mas habitable este lugar. Eso no quiere decir que no sigamos exigiendo transparencia y rendición de cuentas, buenos manejos de los bienes y recursos públicos, ser tomados en consideración en los asuntos que nos atañen, así como eficiencia administrativa y buenas prácticas de gobierno.

Sea quien sea, quien quede al frente de la delegación de Cabo San Lucas, sin la participación de la sociedad, no podrá realizar más que actividades intrascendentes, triviales.

 El cambio profundo, verdadero, viene desde la sociedad y ella, ya va despertando.

Debemos avanzar en llevar a esta ciudad al siguiente nivel.

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