En total tenemos 64 fraccionamientos en el municipio cabeño que se manejan de forma autónoma

Todo les cobran y nada les dan

Dentro de la intrincada trama del desarrollo urbano que caracteriza a Los Cabos, se encuentra el tema relacionado con los fraccionamientos residenciales de interés medio, residencial turístico y vivienda exclusiva, donde algunas casas superan el costo de los 30 millones de dólares.

El común denominador de estos conjuntos residenciales, es que son prácticamente autosuficientes, en cuestión de servicios públicos, la casi totalidad de ellos, emplea elementos de seguridad privada, que controlan los accesos desde casetas de vigilancia e impiden el libre tránsito de vehículos y personas. Esta particularidad además de que provee de seguridad y tranquilidad a quienes ahí habitan, exime de responsabilidad a los cuerpos policiacos municipales, que no ingresan a esos lugares salvo cuando son expresamente llamados por algún incidente o delito, que son muy esporádicos. Otro de los servicios que no brinda el municipio a estos fraccionamientos es el de recolección de basura, pues los vecinos contratan de forma particular a empresas privadas que cumplen con esta función, así que tampoco la  autoridad municipal tiene que destinar ni equipo ni personal para atender a estos ciudadanos de primer mundo, y así por el estilo está el asunto del mantenimiento de las calles; su limpieza y reparación corren por cuenta de los colonos, lo mismo que el alumbrado público y hasta el drenaje, pues la mayoría de estos asentamientos tienen  sus propias plantas de tratamiento de aguas residuales.

En resumen podemos afirmar, tranquilamente, que para la autoridad municipal la inversión en servicios públicos es de $ 0.00 (cero pesos con cero centavos) para los 51 fraccionamientos que hay en Cabo San Lucas y los 13 que le corresponden a San José del Cabo.

En total tenemos 64 fraccionamientos en el municipio cabeño que se manejan de forma autónoma, sus habitantes, han creado una comunidad aparte, regida por reglas propias y financiada con recursos privados. No necesitan para nada del gobierno municipal, para que atienda sus necesidades ni lo quieren tampoco, a éste, metiéndose en sus asuntos.

¿Y la autoridad que dice de esto? Ellos felices, pues aunque no proporcionan ningún servicio, salvo el de aire, digo, agua potable, cuando hay, alegremente si les cobran a estos ciudadanos el predial y a tarifas más altas que al resto de los contribuyentes.

Esta forma de autogobierno ha resultado ser muy eficiente a partir de que estas comunidades, resuelven sus problemas de forma práctica y oportuna y mantienen niveles muy aceptables de convivencia que además de que les ayuda a mantener la plusvalía de sus propiedades, le ofrece una mayor seguridad y confort al vivir de ese modo.

Lo correcto, de parte del gobierno municipal, sería que el impuesto predial se les cobrara en relación directamente proporcional a los servicios públicos que les brinda. Pero no ocurre así, el impuesto predial se cobra como si se les diera todo a cambio de sus contribuciones.

En los próximos años, esperamos, los fraccionamientos residenciales se incrementarán, esto para Los Cabos, es de gran beneficio, pues las personas que adquieren estas viviendas tienen un nivel adquisitivo mayor que el resto de la población, lo que redunda en beneficio de la economía local. Pero también estos nuevos habitantes reclamarán más y mejores servicios, que hoy, el municipio, no les puede brindar y esos servicios no son solamente los que no llegan al interior de sus comunidades, sino los otros que brillan por su ausencia en la ciudad, con calles tapizadas de baches, suciedad, derrames de aguas negras, falta de transporte público, alumbrado, seguridad, etc. La larga letanía, que a diario les recita la población, a sus gobernantes.

Si queremos que este destino turístico sea realmente exitoso, para todos, no solo para unos cuantos privilegiados, se debe hacer una profunda revisión de la forma en que se está manejando el cobro del impuesto predial, enormes lagunas se encuentran ahí. Ese es otro agujero negro en los manejos que se hacen en el rubro de los ingresos en las arcas municipales. Pero sobre todo la pregunta más importante aquí es ¿a dónde van a dar esos dineros y como se emplean? porque a juzgar por las condiciones en que está la ciudad, no se ve que se estén aplicando puntualmente en mejorarla.

Desde ya, las nuevas autoridades municipales, deberían estar haciendo una minuciosa revisión de la forma en que se cobra el impuesto predial, es de esperarse que encontrarán ahí, muchas cosas interesantes que desconoce la opinión pública.

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