El tema del agua potable en este municipio es un desastre completo. Desde su distribución, hasta su manejo, después de utilizarse esta.
Para poder entender, parte de este problema del agua, que sin duda será una de las grandes prioridades de la nueva administración municipal, lo primero que sería bueno recordar, es que ninguno de los directores del OOMSAPAS, han sido expertos en esa materia, ni mucho menos. Ninguno de los directores que ha tenido esta dependencia gubernamental, ha contado con experiencia previa en asuntos del manejo del agua, o algo similar. Hemos estado pagando por años, los ciudadanos, el precio de tener funcionarios públicos incompetentes, que logran colocarse en puestos claves de la administración por razones estrictamente políticas.
Resulta muy interesante, revisar los números del informe del Agua Potable, correspondiente a los trimestres de enero a marzo y de abril a junio del 2017, los más recientes no se encuentran disponibles en la página oficial de esta dependencia. En dicho informe, encontramos datos muy curiosos y reveladores, entre otras cosas, se dice, que se atendieron 3 267 fugas en domicilios particulares, más otras 4 899 en las redes de distribución, adicionalmente hubo 22 rupturas de acueductos. Y, por si fuera poco, se dio mantenimiento a 585 pozos de visita. Pero la cosa no para ahí, también se presentaron 1756 derrames de aguas negras. Si sumamos todas estas acciones tendremos un total de 10 529 eventos, tanto de mantenimiento como de reparación a cargo del organismo operador del agua potable, en 6 meses, de enero a junio del 2017. Es decir, 57 actividades por día, en promedio. Cosa de no creerse; sobre todo porque según el mismo informe, el personal que labora ahí es de 617 empleados, de los cuales 273 son sindicalizados, 329 de confianza y 15 para control de fugas. Pero ahí mismo se señala que trabajan en campo 344 trabajadores. No se dice en el informe si estos que laboran en campo se dedican a tomar lectura de los medidores o que hacen específicamente en la calle. Sea como sea, hasta aquí, este informe es un verdadero galimatías, las cifras no concuerdan con el sentido común, ni con la lógica aritmética más elemental. Lo que, si es real, es que, ahora, a la luz de este informe, ya podemos entender un poco mejor la razón de que las fugas de agua en la red, estén fuera de control y provoquen la pérdida de miles de metros cúbicos cada año de este maravilloso y maltratado líquido.
En otro reporte del OOMSAPAS, se afirma que el volumen anual de producción de agua potable, en el municipio es de, 30 314 820 m3, proviniendo el 71 % de esta cantidad de los de los diferentes pozos en operación, la planta desalinizadora aporta el 21% y la planta potabilizadora el 8% restante. Lo más curioso es que de este total de agua producida, solo se facturaron 20 035 489 m3, o sea el 66.3 %, el otro 33.7 %, 11 279 331 de m3, se perdió en fugas, tomas clandestinas e ineficiencias. Llama la atención en todo esto, que el agua que se pierde equivale al doble de la producción anual de la planta desalinizadora de Cabo San Lucas.
Durante el 2016, se facturaron por el OOMSAPAS, por concepto de suministro de agua potable, $ 412 412 972 pesos, pero se dejaron de facturar $ 232 128 631 de pesos, aunado a esto la cartera vencida del Sistema de Agua Potable asciende a $ 581 923 213 pesos. Pero además su estado de resultados tiene una errática trayectoria, durante la administración del Tony Agúndez, en 2013, se tuvieron pérdidas anuales por $ 49 041 411 y en 2014, por $ 20 546 542. En la nueva administración de Arturo de la Rosa, en el 2015, hubo ganancias por $ 49 684 607 para volver a tener pérdidas en el 2016, por $ 58 362 478. Cabe resaltar que, durante todos estos años, la inversión en mantenimiento y rehabilitación de la red municipal de distribución ha sido mínima, si acaso parches, remiendos y chicanadas. Mientras, las fugas de agua potable y aguas negras corren libremente por casi todas las calles de la geografía municipal.
Por último, diremos que, en esta danza de los millones, lo que no ha parado de aumentar son los gastos de operación del dichoso organismo municipal. En el 2015, sus gastos operativos fueron de $ 116 695 149 pesos, en el 2016, llegaron a $ 173 583 400 pesos, subieron de un año a otro, $ 56 888 251 pesos. ¿A dónde fue a parar ese dinero? Es una buena pregunta. Porque a decir de las cuadrillas encargadas de reparar las fugas, ni material les dan para realizar su trabajo.
Se tendrán que hacer varias auditorias técnicas, para conocer exactamente el estado en que esta el OOMSAPAS y derivado de esto realizar profundos cambios ahí, y terminar con privilegios y complicidades. Existe una extensa red de “huachicoleros”, se presume que superan los 20 000, de todos tamaños, colgados de la red municipal del agua, robando impunemente el recurso hídrico que tanta falta nos hace en nuestros hogares.
El OOMSAPAS ha sido el premio mayor, para operadores políticos de campañas electorales, hasta hoy. Y los resultados de su manejo y operación, están frenando el desarrollo de esta comunidad.