López Obrador nos prometió el cielo, pero también queremos la luna y las estrellas

Armida… ¿Qué sigue? / Armando Sanchez Salcido

López Obrador nos prometió el cielo, pero también queremos la luna y las estrellas.

Ayer conocimos a Armida Castro, nos la presentó el músico, escritor y libre pensador Paco Serrano, apenas la saludamos, la felicitamos y nos tomamos una foto con ella unos amigos empresarios del centro de Cabo San Lucas y yo.

A decir verdad, antes de estas elecciones no tenía yo ni la más remota idea de quien era esta joven mujer y quise saber en manos de quien estaría el destino de nestra amada ciudad, por eso acepté una invitación a conocer a la planilla de Morena que gobernará Los Cabos, a partir del mes de octubre. Vaya sorpresa.

Mujer sencilla, inteligente, de trato amable, voz suave, da la impresión de no ser afecta a complicarse la vida, pero al momento que la escuchas hablarle a su gente, te das cuenta de que en verdad sí que le gusta complicarse la vida. Ni se achica ni se amilana ante la adversidad. No me cabe la menor duda de que con el apoyo de la comunidad y rodeada de funcionarios honestos y eficientes, la primera alcaldesa de Los Cabos tendrá un gran éxito.

Ayer que asistimos a este evento de morena, me encontré a viejos amigos que no sabía yo que eran lópezobradoristas, a lo mejor eran Pejes de closet, y me dio un gusto enorme verlos ahí, porque constaté que entre la gente que apoya a Armida hay muchos miembros honestos y muy comprometidos con esta comunidad. Pero también noté que son muy pocos para el tamaño del reto que tienen por delante.

Armida Castro, tendrá que gobernar un municipio que padece problemas muy complejos y que no tienen una solución fácil ni a corto plazo, donde además convergen intereses económicos encontrados, hasta antagónicos y también participan fuerzas sociales y políticas que le pueden hacer bastante difícil su labor de conducir esta comuna.

 Morena en Los Cabos no tiene los suficientes cuadros técnicos, profesionales y políticos para ocupar las diferentes secretarías, subsecretarías y dependencias que conforman toda la estructura municipal. Y menos aún para articular su base de apoyo social, es mucho el trabajo por hacer y muy pocas las manos.

La prudencia aconseja, que se haga primeramente un inventario de recursos humanos de toda la plantilla laboral del municipio de Los Cabos, la cual ronda los 3 mil 500 empleados y a partir de ahí decidir a quienes dejar en sus puestos por su nivel de eficiencia, honestidad y buen desempeño, a otros sería recomendable darles una sonora patada en el trasero y mandarlos derechito a sus casas o al mismísimo CERESO, si se da el caso. Una vez hecha esta depuración opino que procede salir a buscar talentos en otra parte para hacerse cargo de las diferentes responsabilidades administrativas.

 La gente que necesita Armida Castro para gobernar bien, la puede encontrar en las cámaras empresariales, los colegios profesionales y la sociedad civil organizada. Estoy seguro de que habrá muchos, que de forma voluntaria y desde sus asociaciones podrán participar, como lo han hecho durante años, aportando su esfuerzo, talento y recursos para ayudar a organizar a la sociedad y juntos formar un gobierno donde los ciudadanos sean incluidos y no rechazados y relegados como ha ocurrido con todas las administraciones pasadas y a quienes les ha estorbado incluir a la sociedad en sus planes de gobierno. Y ya ven ustedes las consecuencias, los ciudadanos decidieron quitar al PT de los Agúndez en la administración pasada y ahora le tocó al PAN de Arturo de la Rosa su turno, ni siquiera completaron los 3 años.

Me imagino que en estos momentos una buena cantidad de vividores, arribistas, trepadores y oportunistas, de toda calaña, se estarán preparando para acercarse a la presidente municipal electa, curríulum en mano, para pedirle chamba.

Despojos de administraciones pasadas y políticos saltimbanquis que acaban de tirar a un lado la camiseta de otro partido y ya se andan midiendo la de Morena, serán los primeros de la lista que querrán unirse a este proyecto. Estas rémoras del sistema y vividores del erario le van a sobrar a la nueva administración y eso encierra un grave riesgo para la democracia y la buena conducción del municipio. No se pueden contratar a políticos deshonestos y reciclados que solo tratarían de repetir las viejas prácticas de corrupción y pillaje y que finalmente atentarían contra el espíritu renovador propuesto por López Obrador.

Llegó el momento de ser gobierno, la comunidad entera debe volcarse a apoyar a su nueva alcaldesa y juntos construir una nueva forma de gobernar.

Armida, eso es lo que sigue.

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