Definitivamente el que menos sabe del 2 de octubre de 1968 sabe que el Estado mexicano mató a ciudadanos manifestándose

A 48 años de la matanza de Tlatelolco

Definitivamente el que menos sabe del 2 de octubre de 1968 sabe que el Estado mexicano mató a ciudadanos manifestándose, y lo que más nos duele a todos es que nadie ha pagado las consecuencias de semejante crimen de lesa humanidad.

Las consecuencias en nuestro país de una organización tan impactante como la fue la estudiantil de 1968 son incontables e incalculables, el fervor al participar en la vida pública para lograr un mejor país no pudo ser asesinado como los jóvenes ahí, las ideas se reforzaron y siguen dando frutos, Paco Ignacio Taibo II dice en sus recuerdos publicados del 68: «En los siguientes meses, millares de nosotros comenzamos a buscar, dentro y fuera de la Universidad, un camino. La parte más desgarrada se incorporó a una lucha guerrillera urbana en la que se desgranó durante los siguientes cinco años, en una guerra sucia sin cuartel. Un grupo enorme de jóvenes fueron hacia los barrios, a fundar organizaciones de colonias (…) Otros llegaron al campo…”.

Si bien el pensamiento progresista ha ganado terreno en la legislación mexicana, no podemos dejar de pensar que son concesiones que el Estado mexicano ha tenido que otorgar a cambio de no sucumbir, «válvulas de escape» para mantener el poder. La inclusión del pensamiento plural y diverso en la toma de decisiones que afectan a toda la nación está muy lejos, el respeto de los mandatarios hacia nosotros sus patrones está desmoronado tal vez, un poquito menos que en 1968.

Es una verdadera tristeza pensar que podría completar esta columna con solo los títulos que le hemos dado a las matanzas que nuestro gobierno ha realizado en estos 48 años contra mexicanos inocentes, en nuestro territorio, a través de nuestros policías, militares, y agentes disfrazados de civiles, o por omisión en las obligaciones de los funcionarios públicos.

El caso Atenco ha dado importantes pasos en el proceso de impartición de justicia del derecho internacional en días recientes.

Solamente cuando un presidente o expresidente mexicano pise el interior de una celda por crímenes de lesa humanidad vamos a poder hablar de una reivindicación de la matanza de Tlatelolco para los compatriotas que sobrevivimos, mientras tanto la lucha por los derechos humanos en nuestra nación sigue siendo alentada porque el 2 de octubre no se olvida… Ni perdón ni olvido.

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