
La SEMARNAT, Secretaria del medio ambiente y recursos naturales, fijó para el próximo 8 de mayo la fecha para una consulta informativa sobre el mega proyecto hotelero e inmobiliario «Cabo Dorado» que se pretende instalar en la comunidad de La Ribera, Municipio de Los Cabos.
«Cabo Dorado», no hay que olvidarlo, forma parte de la saga de ese proyecto frustrado que fue «Cabo Cortés», detrás del cual estaba la empresa española HANSA Urbana. Pero como en todas las sagas, la historia continua y hoy tenemos la nueva versión corregida y adaptada a otro guión que en esta ocasión viene envuelto en un proyecto, cultural, deportivo, de investigación y sin marina ni desalinizadora para que se los puedan aprobar, pero en el fondo es un lobo con piel de oveja. Esto es solo un disfraz y por cierto uno muy malo, con el que no han podido engañar a nadie, pues sus promotores en cuanto empiezan a hablar de él, todo se reduce a cuartos de hotel, los traiciona su subconsciente.
Los nuevos actores principales de esta tercera intentona, la segunda fue Los Pericúes, llegan en medio de señalamientos de fraude y sancionados nada más ni nada menos que por el Banco Mundial,(BM) quien los ha vetado severamente para participar en proyectos que financie este organismo financiero internacional.
Las empresas China State Construction Engineering Corporation (CSCE) y China Communications Construction Company (CCCC), fueron inhabilitadas por cinco y ocho años respectivamente por el BM incluso por fraude y por fomentar actos de corrupción entre funcionarios públicos de Filipinas, Malasia y Australia.
Ahora independientemente de que la mala fama precede a estas empresas, el mayor peligro que enfrenta nuestra comunidad es abrir la caja de Pandora que sería alentar la instalación de un proyecto de estas dimensiones en la comunidad de La Ribera ya qué conducirá inevitablemente a repetir el desastroso modelo de crecimiento de Cabo San Lucas y San José del Cabo. Y no estamos hablando aquí del grave problema de la escasez de agua que provocará una crisis adicional, pues ese proyecto comprometerá toda el agua de los alrededores.
Construir 10,000 o 20,000 cuartos de hotel provocará la formación de una ciudad de cuando menos 150,000 habitantes, en esa zona y por mucho que estas empresas tengan la sana intención de crear un modelo de sustentabilidad, que lo dudo, ellos no podrán garantizar que la población de esa comunidad sea cuidadosa y responsable con el medio ambiente.
¿Qué autoridad evitará que la gente que llegue a vivir ahí en La Ribera no tire basura en los arroyos y que esa basura acabe en el mar? ¿Quién impedirá que miles de personas invadan terrenos y se formen ciudades perdidas como pasa continuamente en San José del Cabo y Cabo San Lucas? Colonias en donde abunda el desorden la destrucción del entono ecológico y los desechos ruedan por todos lados. ¿Cómo harán para que miles de autos chatarra no tiren aceite sobre las calles y este sea arrastrado por las lluvias y vaya a dar al mar y termine en el arrecife de Cabo Pulmo? ¿A dónde terminaran las aguas negras que produzca esa nueva ciudad? Con la fama que tienen estas empresas chinas ¿alguien puede creer que vayan a respetar las medidas ambientales que se les impongan?
Las autoridades no lo pueden garantizar como tampoco lo han podido hacer aquí. Ni estas, ni otras lo harán ¿Por qué? Porque todo este desorden es un negocio fabuloso que deja millones y millones de pesos y miles de votos. Las invasiones, la basura, los vendedores ambulantes, la depredación del medio ambiente y todos los males sociales que tenemos son una fuente inagotable de recursos para muchas autoridades, por eso, estos problemas nunca se resuelven, solo se maquillan, se disimulan. O díganme ustedes amigos lectores si conocen de algún problema social que se haya denunciado hace cinco años en este municipio y se haya resuelto. Uno solo.
A la hora de remediar los grandes problemas que tenemos, las autoridades federales se los endosan a las municipales y estas a su vez se los rebotan a las estatales y nunca los vemos sentarse juntos a solucionarlos, eso pasara irremediablemente en La Ribera
Si se autoriza «Cabo Dorado» en las proporciones en que está propuesto, pónganle fecha de caducidad al arrecife de Cabo Pulmo, será solo cuestión de tiempo para que desaparezca asfixiado por la contaminación, la depredación, la negligencia y la corrupción.
Acabará siendo un gigantesco basurero submarino.