
CIUDAD DE MÉXICO.- El compositor y cantante Compay Segundo, uno de los patriarcas del son cubano, permanece vigente en la escena musical con el disco «Guantanamera. The essential álbum», que fue editado en ocasión de su décimo aniversario luctuoso, que este domingo se conmemora.
La producción recopila sus 20 mejores canciones, incluida «¿Y tú que has hecho?», perteneciente al álbum Buena Vista Social Club, con el que ganó un Grammy en 1997.
Máximo Francisco Repilado Muñoz, nombre real del popular intérprete que con sus creaciones contribuyó a que el son floreciera, nació en Siboney, Cuba, el 18 de noviembre de 1907, y murió el 14 de julio de 2003, a los 95 años.
Se inició en la música de forma autodidacta. Durante su niñez trabajó como tabaquero y a los nueve años se trasladó con su familia a Santiago de Cuba, donde estudió solfeo y clarinete, instrumento que tocaba con la Banda Municipal de La Habana, capital a la que se trasladó en 1934.
Fue entonces cuando conoció a los componentes del Trío Matamoros, con el cual se desarrolló durante 12 años en la época en la que figuraba el también compositor y cantante Benny Moré.
Eran tiempos difíciles para los músicos cubanos, que a duras penas podían mantenerse de su arte, así que Repilado aprendió a manejar la cuchilla de barbero y a conocer más de los secretos para la elaboración de puros.
Compay actuó además con el conjunto de Arsenio Rodríguez y con el Cuarteto Hatuey, antes de formar el dueto Los Compadres, con Lorenzo Hierrezuelo, con quien protagonizó la película «Cuba canta y baila».
Es en esta época cuando recibió el apodo con el que se dio a conocer en la música, ya que a Hierrezuelo se le empezó a llamar Compay Primo, mientras que a él se le conocía como Compay Segundo, por ser la segunda voz del dueto de son cubano.
La pareja se mantuvo hasta principios de los años 50, cuando se dio una ruptura agria, motivo por el cual decidió formar su propia banda a la que llamó Compay Segundo y su Grupo, en la que participaron cantantes como Carlos Embale y Pío Leyva.
En 1959, con el triunfo de la revolución castrista que acabó con los cabarets de La Habana, el músico cayó en el olvido durante décadas, en las que se dedicó a torcer tabaco en una fábrica de la isla caribeña.
Ya en los años 90, el musicólogo Danilo Orozco le habló a Santiago Auserón y otros amigos españoles de Compay Segundo para relanzar su carrera al llevarlo a tocar al Smithsonian Institute de Washington, Estados Unidos, junto al Cuarteto Patria y Rapindey, con lo que se abrió la «conexión española» que desembocó en su estrellato mundial.
Así, en 1997 fue invitado a participar en el disco «Buena Vista Social Club», auspiciado por el guitarrista estadunidense Ry Cooder, producción que ganó el premio Grammy en la categoría de Música Tradicional, y con el que el artista se colocó en el gusto del público a nivel internacional.
La placa discográfica reunió a personalidades de la música como Rubén González, Ibrahim Ferrer y Elíades Ochoa, quienes mezclaron sus culturas para construir el disco que resultó ser una obra maestra, milagro de elegancia, sobriedad, justeza y profundidad.
«Buena Vista Social Club», también fue el título de un documental que realizó el cineasta alemán Win Wenders y que ayudó al resurgimiento de la música tradicional cubana y sus intérpretes, con lo que el mundo ubicó a la isla como cuna del son y el bolero.
El 15 de noviembre de 1997, con motivo de sus 90 años de vida, recibió la Orden Félix Varela, la más alta distinción honorífica en el mundo de las artes que otorga el gobierno cubano.
Compay Segundo disfrutó de las mieles del éxito, cuando llevó la música cubana a los escenarios más importantes del mundo, en los que fue ovacionada su genialidad.
El artista, quien poseía una voz de barítono bajo y utilizaba mucho la clave, dio a conocer al mundo temas como «Chan Chan», «Macusa» -canción predilecta del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez- y «Las flores de la vida».
Desde 1996 sacó al mercado nueve discos, entre ellos «Antología de Compay Segundo», «Yo vengo aquí», «Calle salud», «Saludo Compay» y «Las flores de la vida».