
La Paz, Baja California Sur.- Padres, hermanos, primos, amigos, víctimas de delitos sin resolver, se unieron este 4 de marzo en una marcha conmemorativa del tercer aniversario luctuoso de Jonathan Hernández Ascencio, asesinado públicamente en el malecón de la ciudad. Una caravana partió del lugar de los hechos ocurridos aquel fatídico jueves y llegó hasta la casa del gobernador, ubicada en Carretera Transpeninsular y Mar Caribe, ahí, portando banderas blancas, pancartas y un altavoz, exigieron a Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor la conclusión expedita de los casos no resueltos por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Personas como Rebeca Hamburgo Amador, madre del joven desaparecido Joel Ingui Bautista Amador, y Carlos Vega, padre del policía asesinado Carlos Vega Andrade, le pidieron a Covarrubias Villaseñor ser valiente y enfrentar a los delincuentes sin temor, clamaron por respeto, reconocimiento y sensibilidad, advirtiendo que Baja California Sur (BCS) ya no es un estado tranquilo, pacífico.
En el sitio también estuvieron presentes Melchor Soto Torres, padre de la niña desaparecida Lisset Soto Salinas, y Fernando Ruiz Martínez, padre del policía inculpado de herir a un miembro de la Armada de México y arraigado violentando sus derechos humanos, Abraham Ruiz Rosas.
Daniel Hernández Aguirre, acompañado de su esposa, su hijo Daniel y su abogado, aseguró que el gobernador miente al manifestar que se esfuerza por lograr la paz para el estado y que no existe la delincuencia en la entidad, pues la verdad, sostuvo, es que la violencia ha rebasado a las autoridades. “Le hacen falta pantalones al gobernador para resolver nuestros casos”, dijo.