
Al fin del mundo sobrevivimos todos, menos los Twinkies. Los cremosos pastelillos fueron abducidos…y no por los extraterrestres… sino por glotones consumidores estadunidenses que dejaron los anaqueles vacíos ante la inminente quiebra de Hostess, su fabricante.
De hecho, ni los mayas ocasionaron tantas compras de pánico como los esponjosos pastelitos, que dejaron de ser simple harina y azúcar, para convertirse en objetos de colección, pese a su fecha de caducidad, que no garantiza su supervivencia biológica por más de un mes.
En la red se leía: 10 Boxes!!!! con cuatro signos de admiración, y es que la compra no es para menos, pues podrían ser las últimas diez cajas disponibles en todo el mundo.
Así que por cada caja el vendedor pedía la módica cantidad de 89.95 dólares, unos mil 166 pesos al tipo de cambio de ayer, cada emblemático pastelito tiene un valor de 116 pesos.
Extinción inminente
Así que mientras los últimos Twinkies sobre la faz de la tierra comienzan a llenarse de moho y hasta a desmoronarse Hostess, la firma que los elabora, quiere realizar la “liquidación ordenada del negocio”.
Antes de que termine 2013, la empresa cerrará 33 panaderías, 565 centros de distribución, cerca de cinco 500 rutas de entrega, y acabará con 18 mil 500 puestos de trabajo.
Aunque parece broma, el fin de los pastelitos es inminente.