La Cara B/ Treinta mil millones

Treinta mil millones de pesos son muchos pesos

Si todo el oro a extraer en el proyecto de la mina a cielo abierto “Los Cardones” en los próximos diez años lo pusiéramos sobre la mesa, a valores del día de hoy significarían unos dos mil quinientos millones de dólares, aproximadamente el valor del 42% de toda la economía sudcaliforniana*, y eso es mucha lana, demasiada para renunciar a ella, sin saber bien que onda.

En nuestras páginas queremos mantener el debate de la conveniencia o inconveniencia de la minería a cielo abierto, y alumbrar los criterios con razonamientos. Por lo anterior, hemos abierto nuestras páginas a los representantes de la minera, igual que las estamos abriendo a todos los grupos organizados (CEMDA en especial), así como a nuestros lectores. Es importante que, si la opinión pública y sus supuestos representantes, los políticos, toman posiciones, lo hagan en base a argumentos, experiencias y razonamientos. Desterraremos los insultos (el argumento más repetido en los comentarios) y las posiciones teológicas de algunos defensores y detractores (que ambos lados los tienen), dando cabida a los argumentos con los beneficios y los perjuicios añadidos.

Esta semana tomamos el primer contacto con los representantes de la minera, para hacerles algunas preguntas al respecto de su proyecto, que nos surgieron de la voz de alerta dada por CEMDA, y algunas de nuestra cosecha. Les comunicamos que les haríamos un largo cuestionario, a partir de las preguntas y los argumentos que nuestros lectores vayan expresando en los comentarios, insultos fuera. Estuvieron de acuerdo.

Y es que treinta mil millones de pesos es mucha lana para dejarla ir sin siquiera saber realmente cuanto es el daño que nos podría causar a nuestra vida y ambiente, que sin duda lo causaría. Creo que son muy reales algunos argumentos, otros suenan a mitos (como el tan repetido de las antenas iónicas de los hoteleros de Los Cabos, que desvían los huracanes), y el del envenenamiento de los acuíferos parece el más preocupante. En una nota de hace apenas una semana dos comentaristas se enfrentaron en el siguiente debate:

Comentarista uno: “Pues si hablamos de contaminación, tenemos que prohibir los fertilizantes y los insecticidas agrícolas, que contaminan los mantos freáticos en mayor cantidad que las mineras.”

Comentarista dos: “Si, wey, pero la agricultura la tenemos que soportar puesto que es para la comida y la supervivencia, no para el oro que no sirve para nada útil.”

Comentarista uno: “Como que no, pend… , el oro sirve para comprar un chingo de comida y de chupe.”  (no pasó, lo retuvo el filtro por su palabrita)

Aunque nos critiquen, compramos la controversia, intentando evitar tomar partido. Y es que además, resultan de las notas más leídas.

* Teniendo en cuenta de que muchas de nuestras empresas tienen el domicilio fiscal fuera del Estado, restándonos tramposamente a favor del Distrito Federal y otros estados, parte de nuestro PIB.

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