No es cuestión de desaparecer al diputado pluri, sino hacer que la figura funcione opina catedrática universitaria
María Luisa Cabral señala que la existencia de legisladores plurinominales “nos habla de un sistema más democrático, en el sentido de que no solamente deben estar representadas las mayorías, sino también las minorías”, contraria a la visión norteamericana, donde sólo cuenta la voz de la de las masas.
María Luisa Cabral señala que la existencia de legisladores plurinominales “nos habla de un sistema más democrático, en el sentido de que no solamente deben estar representadas las mayorías, sino también las minorías”, contraria a la visión norteamericana, donde sólo cuenta la voz de la de las masas.

La cuestión no es desaparecer una figura política, pues lo que no funciona es mucho más amplio, señala María Luisa Cabral, maestra en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), después de la controversia surgida desde el interior del Congreso del Estado acerca de las facultades que poseen los diputados por representación proporcional, puesta en tela de juicio por el propio presidente de la Gran Comisión.

“Si no funciona la figura de representante de minorías, hay que hacer algo para que funcione, no desaparecerla, porque es volver a un modelo de democracia mucho más primitivo. El concepto de democracia actual, no es la voluntad de la mayoría, el concepto de democracia actual es la representación plural de la sociedad, que no tiene por qué ser homogénea”.

María Luisa Cabral señala que la existencia de legisladores plurinominales “nos habla de un sistema más democrático, en el sentido de que no solamente deben estar representadas las mayorías, sino también las minorías”, contraria a la visión norteamericana, donde sólo cuenta la voz de la de las masas. El “qué tan útiles son o que tan inútiles son, ahí el problema más bien es el deterioro terrible que tenemos en México de los partidos políticos en general”, explica.

Esto porque se ha venido gestando, hasta volverse improcedente, una desconexión de los  diputados con su respaldo electoral, es decir, con aquellos a los que representan. En lo que se debería poner atención en estos momentos es a una verdadera reforma política, “la democratización al interior de los partidos”, pues desgraciadamente siguen siendo estos el único método de alcanzar representación. Las cúpulas políticas deciden al margen de sus militantes, ya que los partidos políticos trabajan en función del presupuesto que reciben, en lugar de dar promoción a proyectos con respaldo social.

Cuando se piensa en las elecciones presidenciales del 2012, muchos opinan que volver al anterior gobierno es nuestra mejor opción, porque es menos malo que el actual, sin vislumbrar la posibilidad de un cambio que surja de las personas mismas y no de mandamases. En otros países, indica la investigadora, surgen movimientos sociales que sustituyen a los partidos, aquí en México, “queremos regresar a lo de antes, en lugar de mirar hacia adelante, y eso es una tragedia”. Es así que, para empezar, lo que los ciudadanos deben hacer es un llamado a los partidos para que se den cuenta de que no fungen como lo que son, para que no busquen ganar elecciones con despensas, sino con propuestas y ayuda de la gente. “Las campañas no se hacen en torno a propuestas, se hacen en torno a imágenes”, finalizó la politóloga.

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