Maestros y burócratas de la educación sudcaliforniana muestran poca educación vial en su propia casa
“Es cosa de todos los días” aseguró un automovilista entrevistado respecto a los automóviles que nuestros maestros estacionan cada la mañana en lugares prohibidos y obstruyendo el tránsito así como las rampas de accesos para discapacitados en las instalaciones de la Secretaría de Educación Pública del Estado.
Obstruyendo el libre tránsito pero a escasos metros del acceso al clima artificial del inmueble que resguarda a los encargados de educar a los sudcalifornianos, decenas de automóviles son apretujados diariamente en zonas señalizadas con rojo lo cual les permite abandonar su vehículos para correr a toda velocidad al clima artificial en que realizan sus actividades diarias.
Este reportero pudo constatar que no lejos de ahí se puede encontrar espacios abundantes, pero hay que caminar unos 100 metros bajo el inclemente calor.
“No se por qué lo hacen” dijo un encargado de la seguridad contratado por una empresa subsidiaria que se siente pintado, y se dijo no ser la autoridad para evitar algo que ya ha hecho notar a sus superiores.
“Cuando yo los veo les digo, pero sólo puedo dejarlo a su criterio” explicó quien gana honrosamente un salario procurando el orden en la secretaría.
Dijo que apenas se da abasto procurando el respeto a los espacios designados para personas que tienen una discapacidad.
¿Pero quiénes? si no cada uno de nosotros, somos la autoridad en un espacio público en donde la educación y la civilidad habrían de ser lo único necesario para solucionar problemas que prevalecen pese a su sencilla solución.
