La cara B / Los posesionarios

Los posesionarios

 Culpar al Tony Agúndez por no resolver el problema de los posesionarios que ocupan parcialmente el lote del futuro Centro de Convenciones, es como echarle la culpa por las lluvias y vientos del Huracán Dora; es tener ganas de simplificar a lo estúpido. La historia no comienza con el Tony; la historia es más vieja.

Ocurrió que un desgraciado día pasó por FONATUR  el ex empleado de banco Mc Carthy en funciones de Director (sí, el mismo de Cabo Cortés, que quiere seguir “ayudándonos”, y nos trajo a los españoles de HANSA), y se encontró con unas reservas territoriales para terminar de construir el campo de golf, y unos anexos, en el desarrollo FONATUR de San José del Cabo. Luego-luego surgió el negocio, y la conversación debió ser mas o menos en los siguientes términos “te lo vendo barato, Eduardo” “¿ Cuánto es barato John?” “diez centavos el metro, y me lo pagas cuando lo vendas” “eso no es barato, es un regalo de Dios” “pues ahí acuérdate a la hora de las limosnas, de esta iglesia”.

Y así surgió el Club Campestre, que por cierto, ya tenía dentro unos posesionarios. Cuando llegó el momento de escriturar las donaciones que por Ley le corresponden al Municipio, se “hizo fácil” incluir en las donaciones a los terrenos ocupados por los posesionarios; sólo hacía falta que el Síndico cerrara un poco los ojos. Y, ¿cómo no lo iba a hacer, frente a tan “poderoso grupo”?.

Y nada hubiera pasado si, a la hora de decidir donde poner el Centro de Convenciones, Relaciones Exteriores no hubiera tenido problemas en Hacienda para explicar que le iba a comprar al “poderoso grupo” un terreno en veinte millones de dólares (ya lo tenían listo, limpiecito de vegetación, con multa PROFEPA y todo), pero que todavía no se le pagaba a la Federación, y que había sido enajenado por la misma Federación (FONATUR) en ¡doscientos mil dólares!. Pa’ su mecha. La operación no pudo hacerse. Oh tristeza.

“¡Pero no perdamos la plusvalía que traerá el Centro de Convenciones!, ¡que se haga en terrenos dentro de nuestras propiedades!”. “¿Cuáles?”. “Los que le donamos al Municipio, Johnny” (no confundir con John). Y de ahí salió la “abrochada” al Municipio de Los Cabos. El Ayuntamiento “dona” (regala su propiedad) para que se haga el Centro de Convenciones que otros, ajenos al Ayuntamiento, plusvalorizarán, explotarán y lucrarán.

Ah chingaos, ¿y encima quieren que el Ayuntamiento “resuelva” a los posesionarios? ¿encima de darlas, pagar la cama?

¡Qué chingones nos salieron estos “inversionistas”!

 

PS. Si las cifras son falsas, que nos aporten las buenas, esperamos las copias de los contratos y las escrituras. Perdón a nuestros lectores por las palabras altisonantes, pero para este caso no hay otras.

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