
Después de doce horas de negociaciones en la Dirección Estatal de Transporte, al parecer los grupos transportistas en conflicto (Alianza de Transportistas, liderada por Francisco Márquez VS Coalición de Transportistas, liderada por Jesús Gómez) llegaron a ciertos acuerdos. Entre que la Alianza no quería ceder y la Coalición amenazaba con llegar a las últimas consecuencias para obtener trabajo, las horas se acababan. Finalmente propuso la Alianza ofrecerles el cuarenta por ciento de la obra en construcción en el sur de la ciudad (180,000 m3 en total, para todos). La Coalición, por contar con más obreros, buscó más porcentaje, por lo que las discusiones continuaron, sin embargo, el diálogo continúa abierto.
Para que entre los integrantes del gremio de transportistas cedieran o al menos accedieran a negociar, fue necesaria una fila de más de cuarenta camiones de la Coalición de Transportistas frente a la obra de la discordia, ubicada detrás de Home Depot y a un lado del boulevard Pino Payas.
La Alianza aseguraba “nuestra posición es no ceder ni un metro”, adjudicando que en las administraciones perredistas la Coalición tenía atesorado el trabajo y sólo les daba pequeños encargos, por lo que ahora, después de que ellos, la Alianza, y la Dirección de Transporte del Estado, firmaron un convenio de libre contratación, no dejarían a la Coalición avanzar.
Mientras tanto, en el boulevard Pino Payas y con decenas de camiones a sus espaldas, levantando sus cajas en señal de escasez, Jesús Gómez, líder de la Coalición de Transportistas, expresaba ante José Ramón Leyva, coordinador de Transporte Municipal, y un séquito de policías, que “había un acuerdo con el gobierno del Estado y con todos los gobiernos de los cinco Ayuntamientos del Estado […] ahora resulta aquí, que una minoría que representa al veinte por ciento puede más que el Estado y rompen los acuerdos con el municipio y con el gobierno, no respetan los acuerdos firmados por los gobernadores, entonces ¿qué estamos haciendo?, hay una anarquía (…) no a la libre contratación ni a la violación de tarifas”.
Ramón Leyva llamó a “madurar la situación”, exponiendo que los líderes debían llegar “a buenos acuerdos”, pensando en el bien común, además de aceptar el derecho de manifestarse de la Coalición, por ser un movimiento pacífico.
Luego de las pláticas entre Jesús Gómez y Leyva, sobre la carretera, la Dirección del Transporte los llamó a negociar, fue entonces cuando las doce horas iniciaron, el diálogo se abrió, pero las conclusiones y arreglos siguen flotando.