
La OTAN extendió el miércoles su misión en Libia por otros 90 días después de que Muammar Gaddafi dejó en claro que no renunciará, poniendo fin a las expectativas de una solución negociada a la revuelta contra su régimen.
La alianza de 28 estados se hizo cargo a fines de marzo de la campaña de bombardeos aéreos, del patrullaje de una zona de exclusión aérea y del cumplimiento de un embargo de armas a Libia para proteger a la población civil. La misión tenía una duración inicial de 90 días.
«La OTAN y sus socios acaban de decidir ampliar nuestra misión para Libia otros 90 días», dijo el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en un comunicado.
«Esta decisión envía un claro mensaje al régimen de Gaddafi: estamos decididos a continuar nuestra operación para proteger al pueblo de Libia», agregó.
Tras reunirse con el líder libio, el presidente sudafricano, Jacob Zuma, dijo el martes que Gaddafi no está dispuesto a abandonar Libia, haciendo imposible un acuerdo dado que los rebeldes exigen su partida como condición para sentarse a negociar.
Zuma viajó el lunes a Trípoli para intentar reavivar una «hoja de ruta» africana para poner fin al conflicto, que comenzó en febrero con un levantamiento contra Gaddafi y sumió a la nación petrolera en una guerra civil en la que han muerto miles de personas.
Tanto los rebeldes como la OTAN han establecido la salida de Gaddafi como la principal condición para un alto al fuego.
Mientras tanto surgieron dudas sobre cuánto tiempo podrá resistir Gaddafi luego de que un funcionario de Naciones Unidas dijo que la escasez de alimentos y medicinas en las áreas controladas por el Gobierno es una «bomba de tiempo».
Panos Moumtzis, el coordinador de la ayuda humanitaria de la ONU en Libia, dijo a Reuters en la capital que algunas reservas de comida en áreas controladas por Gaddafi seguramente se acabarán en unas pocas semanas.
«No creo que haya hambruna, desnutrición. Pero cuanto más se prolongue el conflicto, más se van a agotar los suministros de alimentos y en cuestión de semanas el país llegará a una situación crítica», dijo Moumtzis.
«La provisión de alimentos y suministros médicos es como una bomba de tiempo. En este momento está bajo control y está bien. Pero si sigue por un tiempo, esto se va a convertir en un tema importante», agregó.