
“Unidos por la paz, por un mejor mañana A.C.” realizó una manifestación pacífica este sábado 16 de abril en el kiosco del malecón, sobre el suelo la palabra paz brillaba con velas, y pequeños ataúdes negros hacían presencia de los crímenes impunes en el estado, como el caso del Sr. Raúl Manríquez, asesinado en la colonia Progreso, de esta ciudad; el caso Lisset Soto, desaparecida en la colonia Camino Real, de esta ciudad; el caso Jonathan Hernández Ascencio, asesinado en pleno malecón de La Paz; y el de Ashley Ruiz Avendaño, de cinco años, asesinada en San José del Cabo.
Eduardo Rafael Luna Chávez, presidente de la asociación, invitaba a más personas a unirse, plantado en un kiosco estoico, pero la manifestación no congregó a tantos como esperaba. En medio de lo que ocurre, de la lucha silenciosa de las víctimas, se respiraba un aire de indiferencia. Justo al lado de la manifestación el Colegio Bilingüe North West regalaba becas e invitaba a meterle goles a Memo Ochoa, desde la voz de un payaso de cara rosa y “please don’t stop the music”, pero tienen derecho.
Daniel Hernández Aguirre, padre del finado Jonathan Hernández Ascencio, hizo notar lo anterior, condenó que tan pocos se interesaran por hacer relevante la impunidad que nos arrolla. “Se van a burlar más de nosotros, necesitamos ser más”, decía ante al megáfono.
Claro que no se puede detener a la ciudadanía y exigirle que preste atención, mas lo cierto es que mientras un hermano, un hijo o un padre nuestro no muera, no saldremos a las calles a gritar que esto no va bien. El malecón era el mismo, los motociclistas apabullaban con sus motores las palabras de los familiares afectados.
La organización, la verdadera, puede llevarnos a desbancar a los gobernantes, así como les hemos dado asiento en la silla grande, palabras más, palabras menos, gritó Hernández Aguirre.
“Unidos por la paz, por un mejor mañana A.C.”, y todos los afectados, seguirán manifestándose, pero sin nosotros, todos los demás, nunca será suficiente. No somos el felino agachado que describió Octavio Paz para ejemplificar al pueblo mexicano, porque nosotros no soltaremos nunca el zarpazo, aun cuando nos piquen los cojones con un palo o a nuestros hijos les arrebaten el bocado. Este sábado dimos cuenta de que somos un pueblo mudo, sordo, ciego y desmemoriado.
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