
“Desde la carne de nuestras madres nos llegan sueños y memorias de los Dioses”, escriben los pintores ocultistas Austin Osman Spare y Frederick Carter en su libro Dibujo automático, es decir que la práctica de liberar el pulso es regida por la catarsis, o una fuerza antigua, previa a nuestra existencia. Francisco Merino llamó Desdibujos a su más reciente exposición de dibujos a gran formato, inaugurada el pasado viernes 8 de abril en la Galería de Arte Carlos Olachea, y el dibujo automático, explicó, fue su camino a Ítaca, un acercamiento a los Dioses primitivos de los sueños del artista.
En Desdibujos nos encontramos con 14 piezas llenas de calor, algunos amarillos que calcinan, pero otros controlados por iras azules o sueños púrpuras. Sostenido un poco del Surrealismo y la escritura automática de André Bretón, Merino busca identificarse desde el ensimismamiento, y sobre vinyl y con pintura de aceite imprime todo lo que le es dictado por el subconsciente.
Sobre todo figuras antropomorfas visten a la Olachea de Merino. Para realizar su trabajo, confiesa, solicitó ayuda de algunos colaboradores que iluminaron algunas bases sobre el vinyl, para después desdibujar sobre él. La museografía del sitio recuerda a un parque luminoso, donde peculiares seres espían desde el otro lado. Explicó el artista que trabajó mes y medio en la creación de su más reciente obra.
Cada una de las piezas es acompañada de un texto del poeta y dramaturgo Mario Jaime, además, la noche inaugural, los amigos de Merino, el grupo musical Arena de Río y los malabaristas de Coleactivo, solazaron a los asistentes. El comentario más recurrente de quienes han seguido a Merino, de quienes conocen su obra, fue que Desdibujos es en definitiva un paso evolutivo en la carrera artística del pintor.
http://www.youtube.com/watch?v=PQa30We-x2o