
El impresionismo de Manuel de Falla y la vena romance en Manuel M. Ponce, creador de la balada romántica, son definitivamente una mixtura que en su contraposición de filosofías artísticas enriquece cualquier programa. Este viernes 18 de marzo el Centro Cultural La Paz (CCLP) recibió a la soprano Loyda Vázquez y al guitarrista Mauro Rodríguez, quienes inundaron de siglo XIX el patio interior del Centro.
Para la soprano Loyda Vázquez Manuel M. Ponce es “el más representativo músico mexicano”, y le parece muy interesante que en la misma época, en diferentes continentes, se estuviesen dando movimientos musicales tan encontrados. “Es para mí el auge de la música México, es cuando está don Porfirio y él mueve la cultura en el país como nunca jamás se ha vuelto a ver, podrán decir mucho de don Porfirio, pero en la cuestión artística, cultural, él mando muchos músico a estudiar a Europa y uno de ellos es Manuel M. Ponce”.
“La música sigue llegando al corazón, sigue emitiendo un mensaje importante, a pesar de que haya tanta diferencia [entre impresionismo y romanticismo] no deja de ser algo espiritual y recreo para el alma, de quien la escuche y de quienes la interpretamos”, explicó la soprano.
Hizo referencia a que muchos de los músicos profesionales con estudios avanzados en música, para poder seguir creciendo deben salir del país, “y eso es lamentable”, opina, cuestión que no es única del arte, sino que se presenta en el deporte, en la ciencia, en la tecnología, etcétera.
Para Loyda Vázquez ella ha sido agraciada por un don, por lo que tiene la responsabilidad de compartirlo. “El canto es un regalo, porque todos podemos cantar, pero hay a quienes nos han regalado algo especial, y si no lo compartes no vales, entonces, donde estemos, con apogeo, sin apogeo, con apoyo o sin apoyo, seguimos haciendo música”.
Violonchelista, Layda Vázquez no sólo es cantante. El violonchelo vibra sensualmente dentro de las fibras que componen su alma, pero considera que un buen pianista es el mejor acompañante que un cantante puede desear. “Es una orquesta a diez dedos”.
Bien sabido es que cumplir cualquier sueño de desarrollo personal requiere de perseverancia, genio y, definitivamente, algo de suerte, o al menos ser un buen cachador de oportunidades, en caso de no ser suertudo, por lo que nuestra gran artista comenta, a manera de coda, “si no crees en tus sueños y no luchas por ellos, entonces te quedas dónde estás, simplemente vayan por lo que quieran, si quieren cantar, si quieren tocar, a costa de lo que sea, cómo sea que lo hagan, si eres artista, porque artista naces, no te haces, naces y en el camino te pules, entonces tienen que desarrollarlo, si no se mueren, un artista se muere si no se desarrolla, entonces sobre el sueño, yo lo soñé a los seis años, yo me vi parada en un escenario a los seis años, y pasó”.
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