Enrique Hambleton … cuarenta años de viajes
Cuarenta años de viajes, hasta 45 días de sol californiano, noches de lluvia autumnal, cinco mil kilómetros en mula, doce mil caminando entre cuatro sierras.
Cuarenta años de viajes, hasta 45 días de sol californiano, noches de lluvia autumnal, cinco mil kilómetros en mula, doce mil caminando entre cuatro sierras.

Cuarenta años de viajes, hasta 45 días de sol californiano, noches de lluvia autumnal, cinco mil kilómetros en mula, doce mil caminando entre cuatro sierras.

Cada una de las fotografías de Lienzos de Piedra (pintura rupestre en la Península de Baja California), contiene un granito de todo aquello. Enrique Hambleton von Borstel, fotógrafo profesional de toda la vida, presentará su libro el próximo martes 16 de noviembre, a las 18:30 horas, en el Centro Cultural La Paz.

El propósito de esta publicación, que vale decirlo, es de exquisita calidad, forrada en tela y de gran formato, es el de “hacer accesible lo que es de difícil acceso”, logrando que quienes no han visitado la Sierra de San Borja, la de San Juan, San Francisco o la de Guadalupe puedan ver pinturas rupestres de hasta 9200 años de antigüedad, algo que vuelve a estos sitios santuarios de la prehistoria.

Una primera edición de Lienzos de piedra apareció en 1979, titulada Las pinturas rupestres de Baja California, después de que Hambleton von Borstel encontrara en las pinturas rupestres una misión personal que era inevitable no cumplir y que sembrara en él una semilla que ha germinado hoy en un gran árbol. A través de National Geographic es que llega en 1972 a la Sierra de San Francisco, “de chiripa”, confiesa, queda impresionado y no para de trabajar en las pinturas. El libro que veremos el 16 de noviembre contiene muchas más fotos que la primera edición, además de incluir varias inéditas, para mostrar casi 2000 impresiones.

Hambleton es un verdadero pionero en lo que respecta dar a conocer la existencia de las pinturas rupestres, además de que su mensaje de conservación y defensa de estas áreas, es mencionado por él antes que nada, dándole su justa importancia al tema. Previo a que asumiera la tarea de explorar Baja California y fotografiar prácticamente todas las pinturas rupestres que existen en el estado, sólo dos revistas mencionaban las pinturas de la península, Life y Arqueología Mexicana, pero no se conocía mucho, ni de su antigüedad ni de su localización.

El trabajo titánico del fotógrafo, además de que incluye travesías de acantilados y víboras de cascabel, arroyos que arrastran piedras y rayos que parten árboles mientras matan vacas en medio del diluvio, fue auto financiado. Cada una de los viajes de Hambleton surgieron por una decisión muy personal, así que siempre fue por su cuenta, familiarizándose con los pobladores al pasar de los años, y sobre todo familiarizándose los pobladores con él, que en un inicio creían que era un busca tesoros, por lo que no le tenían gran aprecio, a pesar de la hospitalidad innegable que dice siempre haber recibido por parte de los habitantes de las sierras. Después de 20 años de volver y volver con sólo cámaras, hizo amigos serreños, demostró que el tesoro estaba en los lienzos de piedra.

“Es un reto, un regalo y un honor poder meterte al corazón más recóndito de la península para ver esta manifestación artística”, dice el fotógrafo. Y es qué sí, los considera los primeros artistas, negando una serie de mitos que se han venido acumulando alrededor del cómo o el por qué de las pinturas rupestres. Enrique Hambleton no cree que hayan sido pintadas por extraterrestres o gigantes, sino por grandes creadores, “lo gigante eran sus ganas por crear”, afirma.

“Me ha cambiado la vida. La primera pintura que vi me sembró una semillita en la cabeza, ahí anduvo y anduvo, germinó esa semilla hasta ser una plantita y ahora tengo un árbol dentro. El gran privilegio de haber tenido esos momentos de contemplación, esos momentos a veces de descubrimiento personal […] lo considero un honor, estoy completamente comprometido con la conservación de este arte prehistórico”.

Miguel León-Portilla, investigador emérito de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional, escribe la introducción de Lienzos de Piedra, lo que significa para el autor un detalle invaluable, que pondera cada que lo menciona. “Antes de que estuviera el texto, le pregunté a don Miguel que si estaba dispuesto, me dijo ‘mándame lo que escribiste, deja verlo primero’. Así es como debe ser. Se lo mandé, de manera electrónica, pasaron días, para mí muchos, pero han de haber sido cinco, seis, me manda un correo, me dice ‘felicidades, me encanta lo que dijiste, con mucho gusto te escribo la introducción”.

En cuanto a la edición, Martín J. García-Urtiaga T., ha sido editor de Hambleton en cuatro ocasiones, y esta vez, el artista siente que “Martín está más que satisfecho […] me dice ‘oye, los comentarios de la gente con la que yo trabajo han sido muy buenos. No creo que tenemos un libro bueno y tampoco creo que tenemos un libro buenísimo, creo que tenemos un librotote”.

Para finalizar, “conocer para conservar” dijo Enrique Hambleton, esperando que su libro permee el pensamiento de la gente, sobre todo de los mexicanos y los sudcalifornianos, para que se den cuenta de la riqueza que habita en nuestras sierras, que no se limita a la flora y fauna endémica, sino que abarca incluso sus muros de antiguos cerros, testigos de magia prehistórica y expositores de memorias tan lejanas como encontrarse así mismo. Gracias al Instituto Sudcaliforniano de Cultura, todo este recorrido llega a nosotros en una bella edición bibliográfica que es imprescindible, todo aquel que se jacte de ser un orgulloso sudcaliforniano, debe leer y detenerse en cada una de las fotografías de Lienzos de Piedra (pintura rupestre en la Península de Baja California).

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