
“¡Mira qué bonito!, espero que sea cierto. Voy a mirarme al espejo y me voy a ruborizar”. Esto fue lo que dijo Mario Vargas Llosa este 7 de octubre al escuchar por el auricular, justo antes de salir a dar clases en la Universidad de Princeton, en Nueva York, que era acreedor al premio Nobel de Literatura debido a su “cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”.
Mario Vargas Llosa es el primer escritor peruano que logra ganar el Nobel de Literatura, además de romper con la tendencia de no premiar a escritores de habla española desde Octavio Paz, en 1990, mismo año en que Vargas Llosa competía en las elecciones presidenciales en Perú.
El autor de “La casa verde”, “La fiesta del Chivo”, “La ciudad y los perros” y una cantidad vasta de títulos más, entre películas, dramas, obras de ficción y ensayos dijo que era una “sorpresa mayúscula” haber obtenido el premio de la Academia Sueca, “la verdad es que yo hace muchos años pensaba que no estaba entre los candidatos (…) yo ni siquiera tenía el recuerdo que en estas fechas se estaba dando el premio, en un primer momento pensé que era una broma”. Optó por no hacer alboroto ni contárselo a sus hijos, hasta que la Academia hiciera el anuncio oficial.
Comunicó a los medios que empezando este mes de noviembre publicará su más reciente novela, «El Sueño del Celta», en todos los países de habla hispana.
Igualmente, confesó que al terminar con sus obligaciones en la Universidad de Princeton, tiene dispuesto viajar su tierra natal, a mediados de diciembre, como lo hace cada año, a pasar los «días cálidos del verano en Lima (…) siempre paso los meses de verano en Lima, donde tengo todavía familia, tengo mis libros y sobre todo muchos amigos”.