Una jornada teatral de éxitos y sorpresas para el Encuentro Estatal de Teatro. El joven Santiago Rovira Plancarte lo logró definitivamente, en su primera ocasión como director, sin mencionar que también fue protagonista, dejó impresionado al público, pues la adaptación de “Las preciosas ridículas”, de Molière, fue justa, conservando la vena clásica sin separarse de la contemporaneidad.
Podría considerarse arriesgado saltar a la escena por primera vez con un clásico, pero para Rovira Plancarte suena de lo más natural. “Hay mucha gente que tiene muy en alto a los clásico, como santificados, pero yo creo que si están escritos es para representarlos”. El joven contó con un gran equipo tras bambalinas, como David Talamantes, Natalie Anne González, Fedra Rodarte e Irma Plancarte. Santiago confiesa que se enfrentó a retos como la convivencia continua con los actores, el cambio de espacios para ensayar, es decir, lo común al inicio de esta carrera, no obstante logró hacerlo de manera sumamente digna, el mismo Mario Rey se mostró bastante impresionado, “yo pensé que no iba a lograr tanto y lo veo y digo, mira”.
Por otra parte, “Piaf au cabaret: la vida no es tan rosa”, de El Colectivo Chunique, dio show en La Boheme, que abarrotó espacios y acogió a personalidades del arte de la entidad. La obra sobre la vida de Edith Piaf, se revalorizado a través de las representaciones, encontramos una obra pulida que los personajes encuentran cada vez más suya.
Balandra Conde parecía no tener problemas para interpretar a Piaf con su embarazo de 7 meses, aunque después de la obra se evidenció que lo logró a base de profesionalismo, pues al momento de que los actores pasan a la mesa de cada comensal a agradecer la presencia de cada uno de ellos, gesto único y muy formal, Balandra se notaba agotada, y no era para menos. Lo cierto es que en escena nadie pudo notarlo.
Desafortunadamente la obra tuvo sus aristas, en realidad sólo una: el sonido. El encargado de sonido llegó tarde a preparar las instalaciones, algo que es medular para la obra, ya que se trata de un musical. Se escuchaba el polvo de la frecuencia y en más de tres ocasiones, en escenas cruciales, el sonido se fue. Alfonso Figueroa estaba molesto y no era para menos, gracias a la falta de compromiso del técnico de sonido, se restaron varios puntos a la obra de Piaf. Pero como ya lo sabemos, el trío de Balandra Conde, Mario Rey y Alfonso Figueroa sabe lidiar con esto y salieron sin mayores complicaciones.
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