Luis Sandoval

Hoy en La Playa hay pescadores ribereños y deportivos, ambos orgullosos de su labor en el mar, la historia de estos pescadores tiene inicio común durante la Tiburoneada en la década de los cuarentas (siglo XX). Gilberto Miranda, pescador de esta comunidad dice que en este día se recuerda la iniciativa de los “pescadores de antes” como Federico Miranda, Leonardo, Manuel y Carlos Bañaga, quienes, según el entrevistado, fueron de los primeros en iniciar la pesca de tiburón.
Alrededor de las 5 de la tarde de ayer todos los capitanes de las pangas, lanchas y yates estaban preparados para zarpar a un recorrido simbólico, tradicional y obligado. Como cada primero de junio los pescadores, junto con las autoridades, arrojan ofrendas florales al mar como una forma de rendir tributo a los pescadores que en el océano perdieron la vida. El Kahuna encabezó la diligencia que salió del embarcadero de La Playa, más de veinte botes seguían al yate tripulado por Katia I, reina de los festejos. Luego de salir a mar abierto y colocarse frente al Faro de La Playa, la joven soberana es la encargada de lanzar un arreglo floral color blanco, teniendo como testigos a todos los pescadores que esperan la señal para acelerar los motores fuera de borda e iniciar una serie de piruetas entre las olas.
Mientas la ofrenda se aleja poco a poco por la corriente, las pangas se levantan con velocidad, los tripulantes disfrutan de los giros y maniobras que hace el capitán a la vez que las cornetas sonaban, todos abordo son chispeados por los borbollones de agua que arrojan las embarcaciones. Nadie se queda sin lugar en esta ceremonia de altamar, los pescadores son acompañados por sus familias al momento de batir y rejonear las aguas que les dan de comer. Después el sol baja y las pangas regresan a sus muelles, y en ese sonido calmo de los motores al estar desembarcando a los navegantes la risa y algarabía de las señoras predomina, emocionadas afirman que sólo una vez al año se divierten tanto a la vez que se exprimen la ropa que escurre agua saldada.
En tierra espera la fiesta, Los Pérez a todo volumen interpretan canciones que la gente pide y dedica con entusiasmo, también un grupo “sierreño” se alista para entonar EL corrido, es crucial el momento cunado los músicos se mojan los labios y generan ansias entre los espectadores que esperan escuchar el corrido de “José, Jacinto y Marcial”, el cual relata el suceso trágico acontecido en La Playa hará unos sesenta años en el que tres pescadores tiburoneros a bordo de “La Loca”(una panga) perdieron la vida. El día del Pescado hay comida para todos, debajo de las palapas de los pescadores se prepara pescado asado o empapelado, en tacos de tortillas de harina o de maíz, el banquete es colectivo y compartido.
Al son de la misma música un grupo de jóvenes se disputan por “El Cochi ensebado”, el reto es capturar un cerdo que fue lubricado con manteca y luego arrojado al mar, el ganador es quien logre salir del mar con el puerco en las manos, vivo o muerto. Conversando algunos playanos, señalan que La Playa no dejará de ser una comunidad pesquera, siempre y cunado no se desperdicie el trabajo que los pescadores de antes han ido dejando. Para la comunidad de La Playa el primero de junio es el día de los pescadores, quehacer propio del pueblo, que a pesar del desarrollo en Los Cabos es un oficio vigente.