Julieta Goldin

El Impresionismo nace hacia mediados del siglo XIX en Francia, con la escuela de Barbizón como antecedente (T. Rousseau, C. Daubigny, C Corot, N. Diaz de la Peña). Fue un grupo de artistas que decidió dejar París y mudarse a un pueblo cercano al bosque de Fontainebleau para desarrollar nuevas técnicas para pintar la naturaleza y el paisaje. Conocidos como pintores al aire libre, fueron los primeros en llevar sus caballetes y pintar rodeados por la naturaleza permitiendo que la luz del sol trastocara los colores en sus paletas.

En México y más específicamente en Cabo, el grupo Southernlight artists se mudó a baja en busca de nuevas luces e inspiración latina. Integrado por Chris MacClure, John Einerssen y Bernt Heighton, originarios de Canadá, compartieron un taller de artistas durante años. En 1997, MacClure y Marilyn abrieron su galería Golden Cactus Gallery en Cabo, ésta ha sido pieza clave para la promoción y venta de estos y muchos otros artistas locales.

Con el repentino desarrollo inmobiliario que experimentó Cabo, donde extranjeros amantes de las playas y el clima cálido quisieron adquirir un hogar de descanso en tierras mexicanas, también acompañó el desarrollo del mercado de muebles y artículos de decoración. Este grupo de artistas, junto con algunos más asociados, se han ocupado de defender y promover la adquisición de arte auténtico y de calidad, oponiéndose a la proliferación de afiches y reproducciones baratas que inundan el mercado.

Con estilos que van de lo realista y pintoresco a lo romántico, algunos con usos del color al modo impresionista, estos pintores saben lo que están haciendo y también conocen el público a quién apuntan. Las temáticas de paisajes típicos de la zona, mar, rocas y un poco de campo, se alternan con personajes de la cultura mexicana y algunos animales. Sin duda con manos muy experimentadas y buen ojo para elegir temas, estos artistas han de cosechar un gran éxito en el mercado local.

Recordemos que hoy en día, a diferencia de lo que sucedía en el siglo XIX, el agente determinante del éxito es principalmente que el mercado comercial, si las obras cotizan bien, entonces los artistas consagran su nombre. Estos artistas han logrado conservar su carácter de artesanos logrando su éxito comercial, viven en el paraíso de las luces cálidas y están tranquilos sabiendo que su arte se vende.

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