Iván Gaxiola
Ayer 30 de marzo culminó el Ciclo de Cine “Kieślowski: entre la Francia de la Revolución y el Decálogo”, como parte del Cine Club de la Alianza Francesa-Centro Cultural Roger de Conynck. El ciclo inició el día 2 de marzo con la película “Azul”, las siguientes proyecciones fueron: “Blanco”. 9 de marzo; “No amarás”. 16 de marzo; y “No matarás”. 23 de marzo. Este sábado a las 19 horas presentaron “Rojo”.
La entrada fue libre, sin embargo los asistentes fueron muy pocos. En la ciudad no se llenan las salas que proyectan cine de arte. El salón de video del Centro Cultural Roger de Conynck es un lugar pequeño e íntimo que invita a una sensación hogareña donde puedes tomar un par de cervezas mientras disfrutas de buen cine y sentarte en cómodos sillones que arman una sala de estar acogedora. Aun así, hay cosas de qué quejarse. La calidad del video era pésima, seguro un VHS pirata, ya que la cinta magnética suele ser de buena calidad y en esta ocasión las imágenes estaban, en ocasiones, sobreexpuestas y otras veces muy oscuras.
Sólo asistió un local y los demás asistentes eran franceses que comentaron a susurros, durante toda la película, lo que sucedía. Una pareja pareció identificarse bastante con el filme: en una escena donde la infidelidad fue el tema, ella se paró disgustada y él fue tras ella.
“Rojo” nos muestra cómo la casualidad no existe, pero sí la causalidad. La trama se construye en torno a tres personajes que se edifican a partir de sucesos, aparentemente, furtivos. Uno de los protagonistas es un juez jubilado que hace las veces de titiritero para redimirse ante la vida y reconstruir, a través de otros, su felicidad perdida. En “Rojo”, el director polaco, Krzysztof Kieślowski, nos da una muestra del juego de rompecabezas que es la vida.
Para más información de eventos realizados por la Alianza Francesa-Centro Cultural Roger de Conynck, visiten la página http://www.rogerdeconynck.org/ccrc.php