La sociedad se ha vuelto más vulnerable a las catástrofes por fenómenos naturales y sociales

 La investigación histórica y antropológica sobre riesgo y desastre ha demostrado que si las catástrofes son más recurrentes, no es porque presenten un mayor número de amenazas, sino que las comunidades se han vuelto más vulnerables a dichos acontecimientos.

Es por ello, que científicos mexicanos expertos en riesgo y desastres dan a conocer sus puntos de vista en torno a las diversas emergencias en el país producto de fenómenos naturales y sociales.

De acuerdo a la doctora Virginia García Acosta, académica del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), los desastres no son naturales: «la evidencia indica que el riesgo y la vulnerabilidad se construyen socialmente, que se conjuga con amenazas naturales».

La especialista señaló que es necesario incluir en el presupuesto de egresos de la federación un apartado especial para cubrir estos eventos que son inesperados, pero que son cíclicos y si la vulnerabilidad no disminuye, los fenómenos se sabe que se repetirán.

En su turno, la doctora Sara Díaz, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), explicó que los huracanes son divulgados en los medios de comunicación como fenómenos catastróficos en todas las sociedades; sin embargo, en algunas regiones aportan hasta el 60% de agua anual, lo que hace que ganaderos y agricultores los esperen con ansia para asegurar sus cultivos.

Opinó que los asentamientos humanos son los que generan los desastres y las pérdidas económicas debido a que se trata de zonas urbanas que se ubican en lugares que de forma científica se ha demostrado son inapropiadas para construcción de casas.

Respecto al cambio climático y su impacto en la elevación del nivel medio del mar, el estudio mostró 13 sitios vulnerables en el Golfo de California, tanto en la península como en Sonora y Sinaloa, sin embargo, es el alto Golfo de Baja California el que sería uno de los lugares más afectados. Mazatlán y Los Cabos son otros dos puntos de mayor riesgo al respecto, tanto por su geografía como por el nivel de sus tierras.

Luego de explicar que el origen físico de los desastres puede ser hidrometeorológico, climático, sísmico, volcánico y biológico, afirmó que el impacto de éstos es complejo porque involucra factores físicos y socioeconómicos que ocurren en diversas escalas de tiempo.

A nivel mundial, precisó, durante 1991-2005, el 76% de los desastres fueron hidrometeorológicos (sequías, huracanes, heladas, lluvias), 14% de origen geológico y 10% biológico.

 Los casos Tijuana y León

 En el caso de la ciudad de León, se encuentra expuesta a fenómenos de bajas temperaturas y lluvias muy intensas en tiempos cortos. En el ámbito empresarial los desastres están asociados a fugas, derrames, incendios y explosiones, como resultado de la actividad productiva.

Aunado a esto, los recursos hídricos de la ciudad están comprometidos por el grado de contaminación de aguas subterráneas y superficiales, lo mismo sucede con los suelos, también como resultado de la concentración urbana y la industria ubicada en la región.

Como propuesta general, los investigadores señalaron que el tema de los desastres naturales es necesario incluirlo en las agendas gubernamentales, y en la conciencia de la población.

Pues las afectaciones en el contexto de estos escenarios de desastre se miden de manera habitual en millones de dólares y en pérdidas humanas, sin embargo, ha sido un error utilizar estos parámetros como herramienta única para cuantificar el impacto social, puesto que las pérdidas de hogares, escuelas u otros patrimonios, pueden tener muy bajo costo económico, pero un gran costo simbólico y cultural. (AGENCIA ID)

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