La gastroenteritis en cuaresma y época de calor se incrementa hasta en 30 por ciento, los casos se deben a toxinas y se curan con dieta y agua

Durante la cuaresma, en la que se incrementa el consumo de pescados y mariscos, es importante tener en cuenta que deben comerse cocidos o fritos para evitar gastroenteritis; esto es, intoxicaciones o infecciones estomacales, ya que estos padecimientos aumentan en esta temporada.

La mitad de los casos es causada por las toxinas de estos alimentos y se curan sólo con dieta blanda y abundantes líquidos, en un lapso de 24 a 36 horas; el otro 50 por ciento requiere de antibióticos, ya que la producen bacterias como la shigella, salmonella o fiebre tifoidea.

Tal señaló la Coordinación de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el estado, y precisó que los síntomas de la gastroenteritis son: dolor abdominal, fiebre, vómito y diarrea; pero cuando las evacuaciones se acompaña de moco y sangre ya se trata de una gastroenteritis infecciosa por bacterias.

Lo más afectados son los niños y los adultos mayores ya que basta con una pequeña porción de pescado o marisco contaminado para sufrir de una gastroenteritis, debido a que en estos dos grupos de población su sistema de defensas, metabólico y fisiológico, está en desarrollo o en decadencia respectivamente.

Recomendó a los padres de familia que al momento de comprar pescado o mariscos verifiquen las condiciones el pescado debe oler bien, tener la piel consistente y húmeda y los ojos no deben estar hundidos ni saltones, sino más bien como si estuviera vivo.

También aconsejó que la compra de estos alimentos se haga en comercios en donde haya un control sanitario y de calidad, además de una refrigeración idónea, no en puestos callejeros donde estos productos están expuestos al sol, ya que las altas temperaturas aceleran el proceso de descomposición.

Reiteró que en caso de una gastroenteritis por toxinas alimentarias hay que tomar medidas higiénico-dietéticas, como vigilar que el afectado consuma abundantes líquidos para evitar la deshidratación y una dieta astringente (frutas, verduras cocidas y pollo desgrasado), así como que tenga reposo.

De no mejorar en dos días con las medidas dietéticas, si empeora la sintomatología y sus evacuaciones se acompañan de moco y sangre, es importante acudir al médico, ya que lo mas seguro es que se trata de una infección bacteriana.

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