«Pero los vivos somos los que debemos consagrarnos a nuestros semejantes»-Bernardo Soriano, manifestante-

Perla Taddie García

Son las seis treinta de la tarde, la gente comienza a aglomerarse en la explanada principal del malecón, chicas sosteniendo pancartas, señoras tomando asiento en las bancas. El viento del malecón no huele a fiesta, se borran las noches de carnaval para abrir paso a una sociedad ávida de justicia, de elevar su lucha y voz más allá de las palmeras.

Son las ocho de la noche, la gente se junta para escuchar a aquellos oradores empíricos que toman el micrófono para extender su enojo, su insatisfacción hacia un gobierno que ha atropellado sus derechos, que ha dejado escapar un asesino y ha herido aún más la piel salada de nuestra sociedad paceña.

Los periodistas deambulan con cámaras, los automovilistas desaceleran para observar el mitin, ciudadanos en general estamos aquí; haciendo acto de presencia en apoyo a una familia que ha perdido un hijo, un hermano, una familia sudcaliforniana que alza su voz para manifestar una lucha que ha dado inicio, para invitarnos a ser partícipes de este camino sinuoso que ha de convertirnos nuevamente en una ciudad pacífica por medio de un buen gobierno y una sociedad despierta. «Cárcel al procurador» «Queremos justicia» «Paceños unidos jamás serán vencidos» son las consignas de los manifestantes, esto es sólo el inicio de la lucha por la paz para La Paz.

¡Comparte!
0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments