El asesinato registrado la madrugada del jueves no ha sido esclarecido por la Procuraduría General de Justicia del Estado; en las investigaciones extrañamente nadie vió nada, los implicados guardan silencio
Luego de que durante las últimas 48 horas 49 personas han sido declaradas y sujetas a la prueba de radiozonato de sodio, entre meseros y clientes del bar «Las Micheladas» donde en las afueras un sicario dio muerte a balazos al abogado Jonathan Hernández Ascencio e hirió a Daniel Hernández Ascencio, Héctor Hernández Ceseña y a Emilio González Rubio Ojeda -sobrino del Procurador General de Justicia del Estado, Fernando González Rubio Cerecer-, las investigaciones por parte de las autoridades locales no observan ningún avance, pese a que los propios heridos conocían a quien realizó los dieciseis disparos con una pistola calibre .9 milímetros para uso exclusivo del ejército.
Hasta el momento la Procuraduría General de Justicia del Estado no ha dado a conocer los nombres de las personas sujetas a investigación ni tampoco de quienes han sido detenidos en torno a los sangrientos hechos, pese a contarse con todos los elementos suficientes para proceder en consecuencia.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por la corporación policiaca, sólo se establece que el ahora occiso y los lesionados habían sostenido diferencias verbales con varios sujetos conocidos como Carlos Alejandro Castro Castro «El Bebo», «El Gary» Hidalgo, «El Maquinitas», «El Tijeras», entre otros presuntos implicados que además cuentan con ciertos antecedentes penales, e incluso el primero meses atrás fue detenido por haber robado de una patrulla de la Policía Ministerial del Estado una arma tipo escopeta, obteniendo su libertad bajo fianza tras habérsele reclasificado el delito como robo simple.
Y pese a que supuestamente al realizárseles la prueba de radiozonato de sodio les resultó negativa -detección de pólvora en las ropas o manos-, ellos conocían a quien accionó la pistola 9 milímetros con la cual se dio muerte a Jonathan Hernández Ascencio y se hirió a Daniel Hernández Ascencio, Héctor Hernández Ceseña y a Emilio González Rubio Ojeda.
Sin embargo, el presunto homicida durante la madrugada del jueves 4 de marzo del 2010 todavía alcanzó a perseguir por más de doscientos metros a uno de los lesionados, quien logró salvar su vida al encontrarse con una patrulla de la policía municipal.
Las investigaciones son llevadas con demasiado sigilo por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado, toda vez que uno de los lesionados que es sobrino del titular de la dependencia al parecer estuvo presente en la riña verbal que se suscitó antes de que ocurriera la balacera en las afueras del Bar «Las Micheladas», ubicado en Paseo Alvaro Obregón entre José María Morelos e Hidalgo.