En la mayoría de calles y avenidas de La Paz, volvieron a aparecer las grietas que habian sido cubiertas recientemente. Los desperfectos en la pavimentación aparecen cada vez que llueve.
Solo una ligera lluvia bastó para exhibir que el trabajo de reconstrucción de calles emprendido por el gobierno estatal y municipal no sirvió de nada. Las enormes grietas dejaron de manifiesto que los materiales empleados fueron de pésima calidad, peor aún que las labores se realizaron sin contar con que el chapopote se coloca al final, lo que evidencia además la poca voluntad oficial por hacer bien las cosas y emplear de forma eficiente el gasto público.
Las autoridades realizan un pésimo trabajo en las calles, porque no es posible que una pequeña llovizna cauce todo el daño que hoy ha quedado al descubierto
En un recorrido realizado por diversas zonas de La Paz, la queja reiterada de los vecinos era unánime “las autoridades realizan un pésimo trabajo en las calles, porque no es posible que una pequeña llovizna cauce todo el daño que hoy ha quedado al descubierto». Asimismo cuestionaron «los gobiernos ahora tienen la obligación de darnos una explicación creíble y sensata, que nos aclaren en qué gastaron realmente los millones de pesos que dicen haber invertido para que con una lluviecita todo se fuera por las alcantarillas».
Más aún, los vecinos del boulevard Padre Kino, criticaron la obra que durante semanas las autoridades mantuvieron en uno de los sentidos del mismo «de qué sirvió que cerraran calles, que nos afectaran como comerciantes, que prometieran que la zona de rodamiento quedaría mejor, si solo echaron tierra, la compactaron y así la abandonaron porque sencillamente no tenían todos los materiales, como fue el chapopote final para concluirla».
En los comentarios recibidos, la constante fue «se ha hecho costumbre el desperdiciar los recursos económicos del pueblo en acciones sin planeación, ni supervisión y menos con voluntad de cumplir; y nuevamente las autoridades habrán de destinar mayores recursos para hacer las obras que desde el principio fueron muy mal programadas y planeadas, lo que hace que nuestra irritación y enojo crezca cada día más».
